El Messi como calificativo se utiliza universalmente para definir que uno es crack de algo (el Messi de las medialunas, el del ajedrez, el Messi de lo que sea). No hay nada que explicar. Como tampoco se explica, en la televisión y sus arrabales, cuando se dice que alguien es el Lutteral de algún proyecto. O sea, dejó pasar el tren que en principio no se sabía para dónde iba, pero que evidentemente tenía destino inequívoco de éxito. Y no es que uno lo dice con el diario del lunes -más allá de que en la web no existe el diario del día después-, sino porque el fenómeno, como tal, se empezó a construir bastante antes de los 30 años de vigencia de lo que arrancó como Videomatch y se convirtió, con otro nombre, en el as de espada de la TV argentina.
En esta temporada, ShowMatch (desde el 29 de abril a las 22, por El Trece) celebrará las tres décadas en pantalla. Un número que obliga a repasar las claves del éxito e invita a redescubrir la semilla que dio origen al clásico de Marcelo Tinelli. ¿Quién es Tinelli? El que entró sobre la hora, casi en tiempo de descuento, cuando Gustavo Lutteral, el elegido para conducir un ciclo de deportes en la medianoche de Canal 11 (como se llamaba en esa época Telefe), se bajó unos días antes. Y con las promociones ya en el aire.
Así, para entender ShowMatch, hay que saber cómo surgió Videomatch, el 1° de marzo de 1990. Y, para saber, mejor leamos al por entonces dueño de la pelota: “Me acuerdo que ya teníamos todo listo y me llamó Gustavo para decirme que finalmente no se podía ir de Canal 13. Fue muy prolijo y agradecido, pero se me presentaba un problema enorme”, comparte Gustavo Yankelevich, quien desde enero de ese año era el gerente de programación del canal. Él tenía en marcha, como cierre de transmisión, un compilado de videos de deportes para que un conductor los presentara y un grupo de especialistas los comentara, según una idea que había acercado a Canal 11 Pepe Irusta Cornet, con la intención de darle difusión en la TV abierta a algunos contenidos de la señal ESPN.
Con el formato definido y con la abrupta baja del conductor, Yankelevich abrió el juego a sus conocidos preguntando por un posible reemplazo y llegó a consultarle a Ernesto Cherquis Bialo, de El Gráfico: “El me preguntó '¿No lo conocés a Tinelli?'. Yo lo había visto con (Juan Alberto) Badía, haciendo cosas de deportes en el noticiero del 13, me gustaba. Faltaban dos días para el debut. Me dio el contacto, lo llamé, le encantó la idea y me dijo 'Voy'. Para que no me pasara lo de Lutteral, le dije '¿Estás seguro que vas a poder?'. 'Voy'. Y vino”.
Hombre fuerte de la TV y del teatro, Yankelevich activa su memoria con Clarín y regala la intimidad de hace casi 30 años. “Un día antes de salir al aire armé un ensayo en mi oficina, con Marcelo y la locutora Marisa Caccia, que originalmente estaba en el staff. Terminó y le pedí: 'Genial, Marcelo, pero hacé de cuenta que sos un cantante, te pido que te vayas medio tono para arriba aún a riesgo de que desafines. No importa, lo que importa es que subas'. Y cuando debutamos. .. estaba tres tonos arriba. Al día siguiente lo felicité y le pedí que bajara un poquito, pero no pudo. Y quedó así, con la huella de un Tinelli siempre encendido, como hace con el 'Buenas noches América' muy suyo”, regala Yankelevich, pieza clave en la historia de Videomatch.
Por aquel entonces, Canal 11 estaba quinto en la tabla de posiciones. El programa que más medía era la serie Martillo Hammer, con 4 puntos. “Nosotros arrancamos con un punto y pico, y a mitad de año ya arañaba los 4, era una cosa de locos”, cuenta el ex gerente, quien confiesa que en medio del Mundial '90 el rating bajó y Tinelli quiso renunciar. Por aquellos meses, el deporte ya le había dado espacio al humor, a través de unos videos caseros primero (“ellos se grababan haciendo pavadas a modo de estudiantina y eso funcionaba bien”) y luego a través de unas latas de bloopers que Yankelevich había comprado en una feria de la industria en Europa. Yankelevich le sugirió que siguiera y le pronosticó que en breve estaría en 7 puntos. Dicho y hecho.
La lista de nombres de los primeros tiempos de Videomatch es extensa, con distintas formaciones en cancha, cada uno haciendo lo que más sabía: Gonzalo Bonadeo hablando de tenis y el deporte en general, Daniel Jacubovich (básquet), Osvaldo Príncipi (boxeo), Cocho López y Felipe Mc Gough (automovilismo), Teto Medina (skate y bicicross), Ricardo “Lanchita” Bissio” (motonáutica), Alejandro Coccia (Rugby) y siguen los nombres. Cada uno de ellos tomó un camino distinto.
Antes de emigrar, varios pasaron también por Ritmo de la noche, un desprendimiento de Videomatch por el que pasaron figuras como Guns N' Roses y Luis Miguel. Perlita de ese nuevo ciclo, que debutó el 6 de enero del '91: como a Tinelli le daba temor perder la protección de un atril, Yankelevich decidió comprarle un Cadillac, lo partió al medio y lo hacía sentar de a ratos, para que sintiera la contención de la carrocería.
Gracias a ese tándem de un visionario y conocedor del medio y un debutante en las grandes ligas surgió este ciclo que cambió de nombre dos veces (por cuestiones de derechos en el '95 pasó a llamarse El show de Videomatch y luego, con la mudanza de Telefe a Canal 9, en el 2005, se convirtió en ShowMatch). La evolución del programa va de la mano con la evolución de Tinelli, que había dado sus primeros pasos como relator de fútbol y comentarista de deportes en radio y TV. A tres décadas del arranque, el muchacho que tardó un tiempo en amigarse con la cámara después parece haber cursado el post grado de prepo.
Hoy no hay quien maneje el aire como él -televisivamente hablando-, ni sepa coquetear tanto con la aguja del rating.
En tiempos de gloria de la televisión abierta -cuando el streaming y el sistema On demand no competían-, llegó a superar la barrera de los 40 puntos, que en esa época representaban 4 millones de personas.
Desde su llegada a El Trece, su máximo promedio anual se dio en 2010, con 29,9 puntos, y el más bajo se registró el año pasado, con 13,6.
Uno de sus imanes de audiencia son las aperturas, en sus dos formatos: las ficcionadas, como las de Pulp Fiction junto a Florencia Peña, Qué pasó ayer con Adrián Suar o la inolvidable de Forrest Gump (2015), y las que se realizan en vivo, con un megadespliegue de producción, un sello del programa en el que Federico Hoppe y Pablo “El Chato” Prada son piezas clave. La apertura más exitosa en términos de audiencia fue la de 2009, con un promedio de 41,5 puntos.
En una suerte de correlato con esas cifras, los premios también le han dado la razón a Tinelli: el ciclo recibió 22 Martín Fierro, 2 Premios Clarín Espectáculos y 11 estatuillas de los Tato.
Siempre rodeado por una locutora (en el '92 llegó Marcela Feudale para quedarse) y un puñado de asistentes y compañeros, fue cambiando el registro de Videomatch/ShowMatch según el paso de los años.
Ese mix inicial de deportes y humor devino claramente en lo humorístico: se fueron sumando, en distintos momentos, Campi, José María Listorti, Pachu Peña, Pablo Granados, Miguel Angel Rodríguez, Freddy Villarreal, Pichu Straneo, Alvaro Navia. .. La lista completa sería interminable. Como lo sería también las de las personalidades que desfilaron por “el programa más visto de la TV”, como lo fue en muchas de sus temporadas (sólo en el 2013 no salió al aire). Políticos como Fernando de la Rúa (fue en el 2000, en su rol de presidente, protagonizando uno de los históricos papelones de la TV), Carlos Menem, Mauricio Macri y Daniel Scioli, entre otros, han aprovechado la temperatura de la pantalla, especialmente en tiempos de elecciones. Y en 2015, tras el cierre de campaña, le dio a Scioli la chance de estar en vivo sin otro candidato en la pista. Macri eligió bajar la cortina en Código político, por TN.
De todos modos, a lo largo de su carrera, Tinelli se mostró cerca de figuras de distintos partidos, barriendo al abanico del macrismo al kirchnerismo sin dar demasiadas explicaciones. De hecho, en esta época preelectoral se habla de él como candidato. Pero él no habla.
Prefiere hablar de sus otros roles, como vicepresidente de San Lorenzo, como productor de LaFlia (su anterior productora era Ideas del Sur, usina de entretenimiento y ficciones, que también fue adquirida por el Grupo Indalo y luego todo terminó con severos conflictos gremiales), empresa con la que este año tendrá programas en cuatro canales (incluido Telefe, del que se fue en 2004 y al que ahora volverá sólo como productor de un magazine con Paula Chaves y Pedro Alfonso, para evocar los 30 años de su nave insignia).
Tinelli es más que ShowMatch, pero sin ShowMatch tal vez no sería el Tinelli que conocemos.
Un Tinelli capaz de barajar y dar de nuevo, tanto artística como personalmente. El Tinelli que cortaba las polleritas de sus participantes para dejar su cuerpo al descubierto frente a la cámara, y que provocó más de una polémica mediática, entendió luego que aquello debía dejar de hacerse, archivarse y no daba para enorgullecerse. En absoluto. Fue un tema delicado. Con los años, tomó postura a favor del Ni una menos y de la legalización del aborto. Se comprometió públicamente con la lucha de las mujeres.
En una entrevista con el programa radial Basta de todo (Metro), reconoció: “Que me digan ‘En 2007 cortabas polleritas’ a mí no me ofende. Yo lo hacía, a mi mujer también, y nos reíamos. Alguna dijo ‘No, yo no quiero’. Bueno, perfecto. Había otras que sí y las tiraba para arriba. Hoy lo veo y me da vergüenza, no me gusta eso para mí y para hoy”.
Y en su propio programa, con Jimena Barón como interlocutora, a fin de año quiso “Agradecerle al colectivo Actrices Argentinas y a ustedes, las mujeres, porque este cambio que estamos viviendo todos, o por lo menos nosotros, que venimos de una generación distinta, donde por ahí en algún momento hicimos un montón de cosas que hoy no haríamos jamás. .. La verdad es que nos hace aprender, nos hace ser mejores personas (…) Me encanta este nuevo mundo, este rol de la mujer, esta participación activa de la mujer”.
Enfocado en sostener el producto a lo largo de los años, hasta 2005 combinó sketch (cómo olvidar Los Raporteros, Los Topus 4, Rompé Pepe y El insoportable) con musicales, bloopers, cámaras ocultas (varias de dudoso gusto), parodias y segmentos como Gran Cuñado, sección en la que fueron imitados los políticos. En 2006 introdujo el concurso de Bailando por un sueño (el primero lo ganó Carmen Barbieri), que luego generó otros gerundios, como el Patinando y el Cantando por un sueño.
Decidió que este año soplará las velitas de los 30 años (tomando en cuenta las emisiones de 1990 y las del 2019). Y para conmemorar la fecha eligió nombres fuertes para su pista, como los de Leticia Bredice, Hernán Piquín y Griselda Sicliani. Más de una vez sonará el Twist and Shout de Los Beatles, la cortina original de Videomatch, y se sabe que habrá guiños permanentes a esos primeros días en los que era más “el pibe que trabaja con Badía” que Tinelli. Aunque no lo confiese, sólo Yankelevich podría haber imaginado que ese muchacho se transformaría en el conductor consagrado que es hoy. En el medio, claro, pasó una vida.
Colaboración: Darío Doallo
WD
Fuente: http://www.clarin.com/espectaculos/tv/videomatch-showmatch-30-anos-gloria_0_CroyJOVFX.html