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12/4/2019

"Videomatch"/"ShowMatch": los 30 años de gloria

"Videomatch"/"ShowMatch": los 30 años de gloria
"Videomatch"/"ShowMatch": los 30 años de gloria



El Messi como calificativo se utiliza universalmente para definir que uno es crack de algo (el Messi de las medialunas, el del ajedrez, el Messi de lo que sea). No hay nada que explicar. Como tampoco se explica, en la televisión y sus arrabales, cuando se dice que alguien es el Lutteral de algún proyecto. O sea, dejó pasar el tren que en principio no se sabía para dónde iba, pero que evidentemente tenía destino inequívoco de éxito. Y no es que uno lo dice con el diario del lunes -más allá de que en la web no existe el diario del día después-, sino porque el fenómeno, como tal, se empezó a construir bastante antes de los 30 años de vigencia de lo que arrancó como Videomatch y se convirtió, con otro nombre, en el as de espada de la TV argentina.





En esta temporada, ShowMatch (desde el 29 de abril a las 22, por El Trece) celebrará las tres décadas en pantalla. Un número que obliga a repasar las claves del éxito e invita a redescubrir la semilla que dio origen al clásico de Marcelo Tinelli. ¿Quién es Tinelli? El que entró sobre la hora, casi en tiempo de descuento, cuando Gustavo Lutteral, el elegido para conducir un ciclo de deportes en la medianoche de Canal 11 (como se llamaba en esa época Telefe), se bajó unos días antes. Y con las promociones ya en el aire.

Así, para entender ShowMatch, hay que saber cómo surgió Videomatch, el 1° de marzo de 1990. Y, para saber, mejor leamos al por entonces dueño de la pelota: “Me acuerdo que ya teníamos todo listo y me llamó Gustavo para decirme que finalmente no se podía ir de Canal 13. Fue muy prolijo y agradecido, pero se me presentaba un problema enorme”, comparte Gustavo Yankelevich, quien desde enero de ese año era el gerente de programación del canal. Él tenía en marcha, como cierre de transmisión, un compilado de videos de deportes para que un conductor los presentara y un grupo de especialistas los comentara, según una idea que había acercado a Canal 11 Pepe Irusta Cornet, con la intención de darle difusión en la TV abierta a algunos contenidos de la señal ESPN.




Con el formato definido y con la abrupta baja del conductor, Yankelevich abrió el juego a sus conocidos preguntando por un posible reemplazo y llegó a consultarle a Ernesto Cherquis Bialo, de El Gráfico: “El me preguntó '¿No lo conocés a Tinelli?'. Yo lo había visto con (Juan Alberto) Badía, haciendo cosas de deportes en el noticiero del 13, me gustaba. Faltaban dos días para el debut. Me dio el contacto, lo llamé, le encantó la idea y me dijo 'Voy'. Para que no me pasara lo de Lutteral, le dije '¿Estás seguro que vas a poder?'. 'Voy'. Y vino”.

Hombre fuerte de la TV y del teatro, Yankelevich activa su memoria con Clarín y regala la intimidad de hace casi 30 años. “Un día antes de salir al aire armé un ensayo en mi oficina, con Marcelo y la locutora Marisa Caccia, que originalmente estaba en el staff. Terminó y le pedí: 'Genial, Marcelo, pero hacé de cuenta que sos un cantante, te pido que te vayas medio tono para arriba aún a riesgo de que desafines. No importa, lo que importa es que subas'. Y cuando debutamos. .. estaba tres tonos arriba. Al día siguiente lo felicité y le pedí que bajara un poquito, pero no pudo. Y quedó así, con la huella de un Tinelli siempre encendido, como hace con el 'Buenas noches América'  muy suyo”, regala Yankelevich, pieza clave en la historia de Videomatch.

Por aquel entonces, Canal 11 estaba quinto en la tabla de posiciones. El programa que más medía era la serie Martillo Hammer, con 4 puntos. “Nosotros arrancamos con un punto y pico, y a mitad de año ya arañaba los 4, era una cosa de locos”, cuenta el ex gerente, quien confiesa que en medio del Mundial '90 el rating bajó y Tinelli quiso renunciar. Por aquellos meses, el deporte ya le había dado espacio al humor, a través de unos videos caseros primero (“ellos se grababan haciendo pavadas a modo de estudiantina y eso funcionaba bien”) y luego a través de unas latas de bloopers que Yankelevich había comprado en una feria de la industria en Europa. Yankelevich le sugirió que siguiera y le pronosticó que en breve estaría en 7 puntos. Dicho y hecho.