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“Creo que hice demasiadas cosas malas, y no sé si Dios me aceptará de nuevo”, llegó a decir alguna vez Sly Stone. A partir de este lunes, el artista tuvo la oportunidad de saber si existe perdón para él en el reino celestial, luego de que se conociera la noticia de su muerte, a los 82 años, en Los Angeles. “Tras una prolongada lucha contra la EPOC y otros problemas de salud subyacentes, Sly falleció en paz, rodeado de sus tres hijos, su mejor amigo y su familia”, explicó un comunicado. “Aunque lamentamos su ausencia, nos consuela saber que su extraordinario legado musical seguirá resonando e inspirando a las generaciones venideras”. La historia lo premió como uno de los puntos de inflexión de la música negra, al liderar la banda Sly & the Family Stone, en tanto otros lo recordarán por su bardo.
Hace cuatro años, el médico que lo trataba le advirtió que si seguía fumando moriría. En las hospitalizaciones previas, los otros galenos que lo vieron le dijeron lo mismo. Desde hace alrededor de 40 años, el nativo de Dallas era adicto al crack, lo que literalmente devastó su cuerpo hasta un lugar de no retorno. Stone no creía en nada de lo que decían, por lo que él mismo se daba de alta o peor aún: llamaba al dealer para que lo fuera a ver al hospital. Nadie era capaz de decirle que no al gran Sly Stone: el líder de una generación, el que nunca se rindió a los pies del poder, el que no hacía lo que no quería. Era capaz incluso de cancelar un recital a último momento, si creía que las condiciones no estaban a la altura (ya se puede entender quién influyó a Prince para que tocara en River menos de lo acordado en el contrato).
Antes de que sumergiera en las drogas, de que se desconociera su paradero o de que lo encontraran viviendo en un motorhome, Sylvester Stewart, el nombre detrás del álter ego (“Sly” fue a raíz de que un compañero del colegio lo llamara así) fue locutor, productor de bandas y tecladista de artistas como Dionne Warwick, Righteous Brothers y The Ronettes. En 1966, formó el grupo Sly and the Stoner, y con su ampliación, lo que involucró el ingreso de su hermana Rose en voz y teclado y de su hermano Freddie como cantante y guitarrista, pasó a llamarse Sly and the Family Stone. Luego de un álbum debut que pasó inadvertido, un mes más tarde la banda sacó el single “Dance to the Music”, que no sólo le dio nombre al siguiente álbum (lanzado en 1968) y fue su primer hit, sino que también fundó un flamante sonido: el soul psicodélico.
El cóctel que proponían era funk, R&B y rock, además de soul psicodélico, impronta de la que se contagiaron The Temptations y Parliament Funkadelic. Se suele decir que su aporte al groove está al nivel de los liderados por George Clinton y hasta del de James Brown: una de sus mayores influencias. Justo por eso, Sly Stone acusó a la disquera Motown de tomar prestado su sonido para impulsar la carrera de los Jackson 5. También el musical Hair se vio inspirado por esa imaginería lisérgica, lo que, al menos inicialmente, no era parte de la bajada de línea lírica del grupo. Sus canciones versaban sobre unidad, inclusión, diversidad y amor. Y de eso pueden dar constancia temas como “Everyday People” (inspirado en el asesinato de Martin Luther King Jr.), “Thank You (Falettinme Be Mice Elf Agin)” y “Family Affair”.
Sly Stone demostró que el soul y el funk podían ser innovadores. Por eso no fue fortuito que, a pocos meses de la salida de su tercer álbum de estudio, Stand!, el festival de Woodstock los invitara a ser parte de su programación, convirtiéndose en uno de los artistas afrodescendientes del evento al lado de Jimi Hendrix y Richie Havens. Sin embargo, técnicamente, se trataba de una banda multirracial, a la par de Santana, lo que era toda una rareza para la época. Del disco en cuestión, Sly & the Family Stone tocó en su set “I Want to Take You Higher”, en cuya intro el frontman le pidió al público, a las 3 de la mañana, que repitiera con fuerza: “¡Higher!”. Si bien esa palabra en inglés puede estar asociada a las drogas, en este caso tuvo que ver con el sentimiento que produce escuchar música. Todo un himno hippie.
En 1971, la agrupación lanzó el álbum There’s a Riot Goin’ On, reflexión sobre los derechos civiles y el idealismo corrupto de la etapa posterior a la Guerra de Vietnam. Fue concebido por Stone, pero sin su banda. A esas alturas, las drogas se empezaron a apoderar de él. Aunque algo de lucidez le quedaba, porque ese repertorio fue uno de los primeros que se grabó con la incipiente máquina de ritmos (herramienta que usó Charly García en su disco Clics modernos, y más recientemente Marilina Bertoldi en Para quien trabajas). En 1975, el grupo disolvió formalmente. No obstante, Sly siguió editando material con ese nombre hasta 1982, cuando sacó Ain’t But the One Way. Luego fue noticia por sus problemas con la ley, a raíz de su adicción, lo que lo llevó a tener un perfil muy bajo en los años 90.
En 1993, Sly & the Family Stone fue inducido al Rock and Roll Hall Fame, de la mano de George Clinton. Más tarde, en 2005, se puso en circulación Different Strokes by Different Folks: disco tributo a la banda del que fueron parte (a través de remixes y covers) will.i.am, Janet Jackson, Chuck D, D'Angelo, Isaac Hayes, Steven Tyler y Maroon 5, entre otros. Al año siguiente, la formación original fue homenajeada en los premios Grammy. Se trató de la primera aparición pública de Sly desde 1987. En medio de esta nuevo renacer, el grupo fue tributado en el prestigioso Festival de Jazz de Montreux, en Suiza, pero el artista no pudo terminar la actuación. Lo mismo pasó al día siguiente en el Festival Blue Note Records, en Bélgica, alegando que estaba viejo y sin fuerzas.
Bajo el nombre de la agrupación, aparecieron 10 álbumes de estudio y tres en vivo. El último de ellos vio la luz en abril último, y lleva por título The First Family: Live at Winchester Cathedral 1967. Mientras, como solista, Sly sacó dos trabajos: High on You (1975) y I’m Back! Family & Friends (2011). Cuatro años luego, ganó una batalla legal contra su ex mánager que le permitió obtener 5 millones de dólares en regalías. También salieron algunos libros relacionados a su vida y obra, entre los que destacan la biografía Sly & The Family Stone: An Oral History, del crítico estadounidense Joel Selvin; y la autobiografía Thank You (Falettinme Be Mice Elf Agin). Y el músico y cineasta Ahmir “Questlove” Thompson estrenó este año, por la señal de Disney+, el documental Sly Lives!: testamento de una figura compleja.
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Fuente: https://www.pagina12.com.ar/832607-murio-sly-stone-leyenda-del-funk-y-el-soul