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En la imaginación, la creatividad y el arte siempre hay un poder. De alguna manera, la fantasía es una forma de construir o pensar realidades posibles. Y ésa es una idea que Clara Trucco, alias Wen, tuvo muy presente a la hora de crear las canciones y el concepto de su primer disco solista, Fruto (2025). “Ingresar en el mundo de la fantasía me devuelve algo medio lúdico, como el niño que juega y entra en distintos universos”, sostiene Wen sobre este conjunto de canciones que construyen un imaginario en torno a castillos medievales, duendes, hadas, brujas y seres mitológicos. “Al estar sola por primera vez, me siento más libre para explorar mi intimidad y mi voz de una forma más directa”, apunta sobre este disco que presentará el 19 de junio a las 21 en el Torquato Tasso (Defensa 1575).
“Es algo que se venía gestando medio sin querer desde hace muchísimo tiempo. Hay canciones que tienen seis años y otras más nuevas. Por contratiempos de la vida y otros proyectos, estaba difícil coordinar todo”, explica la artista patagónica sobre la gestación de este disco que publica después de haber transitado experiencias musicales con Fémina (“está en pausa”) y Weste (“estamos haciendo canciones nuevas”). El sonido del disco sigue una línea vinculada con los proyectos anteriores, ese cruce entre lo folklórico y lo moderno; pero aquí profundiza por el lado de la experimentación, los ambientes y la electrónica. “Sí es verdad que hay una línea que tiene que ver con lo moderno y lo folklórico, pero también aparece el dream pop, hay mucho sintetizador, guitarra eléctrica y beats. Quería que fuera un disco más pagano. A diferencia de Fémina y Weste, yo lo siento más clásico. Tenía ganas de experimentar y sacar a la luz algo más lírico”.
-¿Qué te permitió el hecho de encarar por primera vez un disco solista?
-Las combinaciones siempre traen frutos nuevos. En este caso, yo tenía muchas ganas de mostrar quién era yo sola, tomar mis propias decisiones y tener una voz propia. No porque fuera una carga, pero no quería rendirle cuentas a nadie ni representar a otros con lo que estaba diciendo. Con Fémina había un consenso sobre qué se escribía o qué quedaba afuera. Fue como abrir un diario íntimo. Y también hacer valer mi voz individualmente, que nunca lo había hecho. Era necesario en este momento de mi vida poder pararme sola, encarar la música sola, el mensaje. Fue un montón de aprendizaje y crecimiento en muchos aspectos.
“¿Dulce o travesura?”, se pregunta la cantante y actriz en el final de la segunda canción, “Dulce o truco”, un vals con tintes autobiográficos. Luego, en clave feminista, sigue la desafiante “Tijeras”, que dice: “Mi pollera está bien larga/ Pero ya saben, tengo tijera/ Voy a cortarla cortita para que nadie se cuelgue de ella”. “Todo lo que es la fantasía, la fábula, el cuento, lo mitológico y lo telúrico siempre me convoca un montón”, explica la también artista plástica. “Antes de ser música siempre pinté y dibujé. Fue lo primero que hice artísticamente. Muchas veces veo una imagen antes de escribir una letra y compongo desde ahí. Es muy claro, me pasó desde muy chica. Siento que mi música está muy ligada al universo gráfico. La tapa es muy literal, pero a la vez tiene una alegoría del fruto prohibido. Hay una reinterpretación de las mitologías. ‘Dulce o truco’ salió de un juego de palabras: qué significaba para mí cargar con ése apellido y ésa rama de mi familia. Hay un poco de psicoanálisis también. ‘Tijeras’, por ejemplo, es un tema que hice en un momento que tenía unos vínculos que me trababan y no me dejaban avanzar”.
Nacida en los valles patagónicos de San Martín de Los Andes, Wen tiene canciones que conectan con ambientes naturales como los lagos, las montañas y el bosque. Las historias suceden en la inmensidad de la naturaleza. “Hay algo del exilio. Porque es tan distinto Buenos Aires y me costó aclimatarme a la gente, la ciudad, la intensidad”, explica la artista afincada en la gran urbe. “Hay algo que quedó ahí que es el lugar donde nací. Mi cuerpo decidió nacer entre esas montañas. Cuando estoy ahí siempre hay un deseo de poder preservar ese duende y que hable la montaña a través de mí. La ciudad está llena de artificios y es muy fácil distraerse acá. Y a la vez yo tampoco quiero ser una ermitaña que está en el medio de una montaña y no sale al mundo”, repara. “En este disco intenté que esté representado el bosque, la naturaleza, que es para mí una fuente de inspiración muy grande y me resulta muy conmovedora. Me interesa darle voz al paisaje”.
"En un mundo tan derrotado como el que tenemos hoy, lo fantástico devuelve un poco de esperanza", fundamenta en el comunicado de prensa. “Siento que a nivel político no solo está complicado en Argentina, sino que globalmente estamos viviendo un cambio de paradigma a niveles que ni siquiera podemos entender. Estamos en el umbral de un cambio muy radical y veo una falta grande de fe en las personas, en el mundo y en la humanidad en general”, sostiene ahora la artista. “Estamos viviendo y aceptando cosas terribles a nivel humanidad. A veces es muy desesperanzador y frustrante. Y en este país, siendo artista, me resulta muy difícil en lo cotidiano dar el salto de fe”.
Y completa: “Seguir confiando, apostando y trabajando en esto por más que te pongan la mano en la frente. Hay algo de luchar contra la frustración constante. Y entrar en ese mundo de la fantasía me devuelve algo medio lúdico, como el niño que juega y entra en distintos universos. La fantasía está ligada a la creatividad, al hacer y a la transformación. Y te permite crear nuevas posibilidades, imaginar mundos posibles, incluso imaginarse a una misma de forma diferente. Ahí la fantasía cumple un rol muy valioso: poder transformar y tener otra perspectiva de las cosas”.
-En momentos tan complicados para la cultura, los artistas tienen una voz que amplifica…
-El artista tiene el poder de transformar y eso es un rol muy importante. Hoy está todo tan medido en números, tan cuantificado, que a veces nos olvidamos de eso. Por eso se agradece mucho que existan artistas que están comprometidos social y políticamente. Los que amplifican la voz y se comprometen con la llegada que tienen y con la misión del arte se celebra. El arte tiene la misión de transformar las mentes y alimentar el espíritu. Hay una importancia en la voz del artista. Está muy difícil vivir de la música, pero confío en esa misión que tenemos. Es el precio que hay que pagar por elegir estar en esta. La cultura está muy vapuleada. La cultura es el alma del pueblo, su identidad. Pero está todo muy confuso. Espero que eso se revierta.
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Fuente: https://www.pagina12.com.ar/826474-wen-hay-una-importancia-en-la-voz-del-artista