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15/5/2025

Luciana Piantanida: "En los márgenes siempre ocurre lo más interesante"

Premiado en la Competencia Argentina del Bafici, el film de la directora puede ser leído como un relato social de mujeres migrantes pero también como un cuento fantástico, sci-fi, noir y detectivesco protagonizado por mujeres comunes con poderes extraordinarios.

 "Teníamos clarísimo que no íbamos a intentar ser Marvel", dice Piantanida.
 "Teníamos clarísimo que no íbamos a intentar ser Marvel", dice Piantanida.


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Su película "Todas las fuerzas" se estrena este jueves

Luciana Piantanida: "En los márgenes siempre ocurre lo más interesante"

Premiado en la Competencia Argentina del Bafici, el film de la directora puede ser leído como un relato social de mujeres migrantes pero también como un cuento fantástico, sci-fi, noir y detectivesco protagonizado por mujeres comunes con poderes extraordinarios.

Todas las fuerzas, la película de Luciana Piantanida que ganó el Premio a Mejor Largometraje en la Competencia Argentina de la 26° edición del BAFICI, puede ser leída como un relato social de mujeres migrantes pero también como un cuento fantástico, sci-fi, noir y detectivesco protagonizado por mujeres comunes con poderes extraordinarios. Ese es uno de sus grandes valores. En esa apuesta jugada la producción sale airosa y permite darle una vuelta de tuerca a las narraciones más tradicionales sobre estos mundos.

En diálogo con Página/12, la directora recuerda que el germen del proyecto fue su interés por filmar una película en el lugar donde vive, muy cerca de Plaza Miserere, en el Once. "Me resulta interesante el barrio por la diversidad que tiene. Acá llegan personas de distintos lugares pero hay mucha migración latinoamericana. Me interesaba trabajar con esa población y me gusta mucho el cine negro entonces quería ver si podía pensar una película en esa clave pero sin un detective privado, quería que la protagonista fuese una mujer migrante sin demasiado tiempo porque debe salir a trabajar".

Esa protagonista es Marlene (interpretada por Celia Santos), una mujer que trabaja en la casa de Teresa (Andrea Garrote) y se ocupa de cuidar a su madre, Teresa (Silvina Sabater). Ella dedica sus pocos ratos libres a buscar a Eli, una amiga perdida en la gran urbe. Celia nunca había actuado de manera profesional y debutó en este largometraje. Cuando se le consulta por la elección del elenco, Piantanida dice que fue un "desafío enorme" porque una de las premisas era incluir a mujeres que hubiesen transitado la situación de migración en la vida real.

El proceso de casting fue largo y estuvo a cargo de Andrea Testa, Coca Solís y Jimena Anganuzzi; la convocatoria fue grande y se organizó en función de los distintos trabajos que aparecen en la historia: camareras, hilanderas, verduleras, empleadas de limpieza, entre otras labores. "El trabajo con Celia fue distinto porque tenía muchos desafíos –explica Piantanida–. Tenía que actuar con las otras mujeres que tampoco eran actrices y también con Andrea y Silvina, que son actrices profesionales, entonces había algo del tono que tenía que funcionar. Además había mucha exigencia física por las escenas de superheroína. Trabajamos esas tres líneas en paralelo".

–El trabajo es uno de los ejes centrales. Los personajes están contados desde ahí y también las locaciones, ¿no?

–Sí, esa fue otra de las ideas motoras del proyecto y nos interesaba pensarlo en dos dimensiones: por un lado, son trabajos de la sustentabilidad de la vida porque están ligados a las necesidades básicas de los seres humanos (alimento, abrigo, cuidado, limpieza); por otro, sabíamos que en Buenos Aires esos trabajos por lo general son realizados de manera muy precaria por esta población migrante y exigen un montón del cuerpo de las mujeres. Las locaciones tenían que dar esa sensación de lado B de la ciudad.

Eso está muy bien retratado en los pasillos, corredores, salones, sótanos y depósitos oscuros que transmiten la atmósfera viciada de esos márgenes que permanecen ocultos a la luz del día, invisibles ante los ojos de quienes no transitan esos recorridos. "La organización de los espacios tenía que ver con la idea de pasillo porque sentíamos que eso estaba ligado a la trayectoria de sus vidas, como si estuvieran predestinadas a ir hacia un único lugar, no por sus cualidades sino por cómo está organizada la sociedad".

–El relato realista en algún momento vira hacia el género fantástico. ¿Cómo pensás esa dimensión?

–Eso apareció de manera inconsciente en la escritura. Estaba explorando esto del cine negro y quería que hubiese una persecución por las azoteas de la ciudad. Estaba escribiendo una escena en la que la protagonista era perseguida y escribí: "Marlene da un brinco un poco más largo de lo humanamente posible". Esa frase no quedó en el guión pero me la acuerdo hasta el día de hoy porque fue la pista de que había algo más: un mundo de superpoderes. No investigamos esto desde la metáfora o lo simbólico sino desde el propio universo de la película; ahí pasan estas cosas y estas mujeres tienen superpoderes. Después nos divertimos pensando qué poderes tenía cada personaje, para qué podían usarlos y para qué no. Es lindo lo que pasa porque cada espectador lo interpreta de manera diferente.

Esa exploración desde los géneros es compatible con los aspectos narrativos. Las historias de estas mujeres suelen permanecer en los márgenes; de la misma forma, los géneros como la ciencia ficción o el policial suelen ser menospreciados. Ese cruce potencia el lenguaje y lo que se cuenta en la película. "A mí me parece que en los márgenes siempre ocurre lo más interesante. En ese sentido, me gusta correr esos riesgos. Siento que hoy estamos llenos de imágenes e historias pero es muy difícil mirar de verdad o volver a ver porque estamos viendo siempre lo mismo. Esa mezcla de cosas que están en distintos márgenes, todas juntas, puede ayudar a abrir la percepción", apunta la cineasta.

Todas las fuerzas subvierte algunas convenciones de las películas de superhéroes: aquí los roles protagónicos y los superpoderes no quedan en manos de cuerpos masculinos o estrictamente hegemónicos ni están asociados a trabajos estandarizados en la gran pantalla. En relación a la dimensión femenina, Piantanida dice que le costaba bastante imaginar esta historia protagonizada por hombres migrantes: "Yo siento que a las mujeres nos parece muy natural que Marlene salga a buscar a su amiga. Hay algo del lazo entre nosotras que atraviesa las distintas clases sociales". La historia plantea también una reflexión desde esa perspectiva: "El vínculo entre la protagonista y Betina, el personaje de Andrea, nos permite pensar a las mujeres que estamos interesadas en las cuestiones de género cómo nos posicionamos en relación a las otras mujeres. Creo que las clases medias somos Betina".

Consultada sobre los desafíos en términos de producción, la directora asegura que "hoy esta película sería imposible" por la situación en la que se encuentra la actividad y, particularmente, el INCAA. La mayoría de los efectos son artesanales y poco tienen que ver con la lógica de las grandes franquicias. "Teníamos clarísimo que no íbamos a intentar ser Marvel. Fue una decisión que los efectos tuvieran la rusticidad que tienen porque estamos políticamente mucho más cerca de una película clase B con efectos del subdesarrollo. La situación del cine, como en casi todos los rubros, está recontra difícil. El Premio del BAFICI fue un aliento enorme para nosotros y para la actividad, nos emocionó y le da a la peli otra visibilidad. Tenemos una productora pequeña junto a Andrea Testa y Francisco Márquez y estamos tratando de subsistir. Por un lado está la cuestión de la subsistencia, es decir, poder pagar el alquiler; antes podíamos vivir de las películas que hacíamos y eso ahora es imposible. Por otro lado, tenemos que pensar cómo seguir haciendo películas; no podemos permitir que sólo las plataformas privadas narren estos años de la Argentina. Está buenísimo que existan y que den trabajo, pero no pueden ser la única opción. Hay que seguir luchando para recuperar el INCAA y desinstalar la idea de que quienes nos dedicamos a la cultura somos vagos".

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Fuente: https://www.pagina12.com.ar/825698-luciana-piantanida-en-los-margenes-siempre-ocurre-lo-mas-int