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13/5/2025

El exilio como gran metáfora   

La directora montó la primera obra de una trilogía de Arístides Vargas, atravesada por los juegos verbales, la poesía y el humor.

Padilla tiene una larga trayectoria en el teatro musical.
Padilla tiene una larga trayectoria en el teatro musical.


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Ana Padilla estrenó "Flores arrancadas a la niebla"

El exilio como gran metáfora   

La directora montó la primera obra de una trilogía de Arístides Vargas, atravesada por los juegos verbales, la poesía y el humor.

“Elijo textos que me representan y sanan”, dice la directora y actriz Ana Padilla, a quien dos actrices -Alejandra Arístegui y María Seghini- convocaron para que las dirigiera. Y como no habían elegido un material para llevar a escena se dispusieron a leer textos. Finalmente la búsqueda terminó al encontrar Flores arrancadas a la niebla, la primera obra de la Trilogía del exilio, de Arístides Vargas, que se completa con las más conocidas Nuestra Señora de las Nubes y Donde el viento hace buñuelos. “Son tres estados del exilio pero son tres obras independientes”, aclara la directora en diálogo con Página/12. Como es habitual en las piezas del autor mendocino radicado en Ecuador, los juegos verbales, la poesía y el humor están presentes, en este caso para definir el encuentro fortuito de dos personajes que da cuenta de una historia de ribetes oníricos.

La directora tiene una larga trayectoria en el teatro musical. Además de haber sido formada con Roberto Villanueva y Rubén Schuzmacher, Padilla cuenta haberse fogueado en la dirección con las muestras de su propia escuela de tap, cuando tenía que articular el trabajo de 280 alumnos. Su primera dirección profesional fue en 2005 cuando montó en versión musical El pájaro azul, de Maurice Maeterlink. Y como también es actriz, durante la pandemia encontró la manera de estrenar Shöñe, obra de Jorge Diez, detrás de la vidriera de la sala Tadrón con los espectadores ubicados en la vereda. Otro unipersonal suyo es Solcito de otoño , con texto de Sebastián Bayot “Ése es mi proyecto personal”, destaca la artista, quien retomará ese mismo espectáculo el mes próximo en el Centro Cultural Resurgimiento.

Con escenografía de Carlos Di Pasquo, iluminación de Fernando Díaz y vestuario de Sandra Li, Flores arrancadas…, comienza con la reunión azarosa de Raquel y Aída en una estación de tren, dos mujeres a punto de abandonar su tierra. Podrían estar huyendo de una guerra pero no está claro: exilio y ausencia, en todo caso, es lo que nombran constantemente y su amistad será una forma de arraigo. Así, entre la incertidumbre y el miedo se produce un conjunto de escenas que hablan de la necesidad de cruzar fronteras entre recuerdos y olvidos. “El exilio es una gran metáfora”, sostiene la directora, “ellas son, como escribe Arístides, “Flores arrancadas a la niebla que mueren en el preciso instante de ser extirpadas de la tierra donde nacieron”.

-¿Es la primera vez que dirigís una obra de Vargas?

-Sí, aunque conocía su obra. El título me llamó la atención por lo poético. Y por lo actual: porque a veces no se trata de irse del propio país sino de exiliarse en la propia tierra cuando, como está pasando hoy, se producen situaciones como la que estamos viviendo y no queda otra que reunirnos con los más cercanos y queridos.

-¿Le hiciste cambios a la obra?

-Sí, porque está situada en la década del ’50 y yo la hice actual. En esta época hay gente joven que elige irse y yo me sorprendo diciéndoles que si pueden comenzar de nuevo en otra parte, está bien que se vayan, porque yo misma lo haría si tuviese la edad de ellos. Me da tristeza escucharme.

-¿Cómo son estos personajes?

-Son dos mujeres muy distintas, con diferente nivel de educación. Además, una tiene papeles y la otra no y existe el peligro de que le trabe a la otra la posibilidad de partir. Las dos tienen a la vez la necesidad de estar con otra persona que habla su mismo idioma y que viene del mismo lugar.

-Finalmente las dos cambian…

-Sí, porque hay un intercambio de roles: la que es más fría y distante, más estructurada, termina de alguna manera perdiendo la razón. Y la que parece más llana y emocional termina con la fortaleza de saber dónde está viviendo finalmente.

-¿Cómo está visto el tema del exilio?

-Trabajamos el tránsito, el momento en el que se pasa a un otro lado y la vulnerabilidad de estar a merced de un poder que decide el destino de los otros. Ellas están muy expuestas y está el temor de no poder irse. Allí no hay música, a diferencia del resto de la obra.

-¿Qué rol tiene la música original de Ana Foutel?

-La música ayuda a contar y ubica al espectador en el río, la selva, el tren, la frontera. La melodía que se repite modifica, da diferentes colores y habla de la tristeza y el desarraigo, de la partida y el recuerdo.

*Flores arrancadas a la niebla, en Patio de actores (Lerma 568 ), sábados a las 18 hs.

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Fuente: https://www.pagina12.com.ar/825381-el-exilio-como-gran-metafora