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Allá fue otra arranque para el Quilmes Rock, el festival que –amén de un breve hiato– ya lleva 22 años y configura una especie de zeitgeist de la música nacional. Y, de un tiempo a esta parte, también entroniza la reserva espiritual de nuestro sagrado rock argentino. Este sábado 5, pasaron los pesos pesados Andrés Calamaro y Las Pelotas, y hubo un cierre fiestero con Miranda! En el medio, el público aprovechó para la conversa informal sobre el fresquito documental ¿Quieren Rock?, hubo presencia de streamings (la transmisión oficial y la de… ¡Círculo Vicioso!), carritos humeantes con filas interminables, homenaje a los combatientes de Malvinas y, como siempre, algún detalle que será material de análisis ontológico a futuro. El más nítido probablemente sea el de un músico sub-25 enemistado (¡a muerte!) contra el presidente de la Nación. Los chicos saben dónde está la acción.
FOTOS: Alejandra Morasano y Cecilia Salas
TEXTOS y REEL: Hernán Panessi
El canto mántrico de Zoe en Desnuda acompaña el repiqueteo del sol y recibe a las primeras multitudes. "Todo lo que hacés/ Se prende fuego en mí/ Se prende fuego", dice la ex Salvapantallas, y el público transforma esa última "o" en muchas "o". En su primer Quilmes Rock, su show encuentra su pico en Ganas y en Me das un beso en la mañana. Muack.
La máquina de hits lo hizo de nuevo. Aire nunca falla. "Caminaba por Avenida Corrientes sin un mango y hoy la cantan las hinchadas de fútbol", dice Manuel Moretti sobre Ella dijo, ese tema que es –también– un tesoro nacional. Algún puente con Under Preassure de Queen y la presencia inmarcesible y melancólica de Un día perfecto.
El facha Ingaramo pela remera de Córdoba y look de cowboy moderno. Las chicas sacan su celular al instante. "A ver, celosos y celosas", tira y despacha el hitazo pop Matemáticas, que escribió junto al mismísimo Adrián Dárgelos. El escenario Pop Art se infla de pop y de art con la yunta de Zoe Gotusso haciendo Dos extraños. Hasta hay tutorial de baile: dos para acá, otro para allá. Buen clima para Hace calor y las chicas vuelven a sacar el celu. Clic, clic.
El gran cancionero popular y la inevitable explosión de banderas. Se divisan una del Nunca Más, otra de Los Piojos, otra de Boca, otra de River, un verdadero superclásico del Quilmes Rock. Interpretan la cítrica Vuelan palos y alguno asume una crítica coyuntural. Tilde a la primera fiesta popular, con sutileza en Llenos de magia y un anuncio: harán un Estadio Ferro el 1º de noviembre.
El mejor show del Quilmes Rock: el más original, fresco y enérgico; el mejor, sí. Y su faceta diurna le queda muy bien al súper rapero nacional. Buen feeling con el público, que le compró todo. "Cogiendo con rolingas yo me siento Mick Jagger", se anima vía Mick Jagger y algún pícaro memorioso hace una mueca recordando viejos Quilmes Rock. De etiqueta, pero finamente desalineado (¿será por la pancita por la Heineken?) fue mutando a un Joker grotesco. "El día que me muera morirá Milei", sacudió en Buenos tiempos, completamente entregado a la guerra epistolar con el presidente argentino. "Yo soy el rock y al que no le gusta, que me rompa bien el orto", soltó entre temas. El show fue tan bueno que hasta hubo referencias a Bob Esponja. Y dilemas en redes sociales. Bienvenida la histeria cibernética.
Entre el final del show de Dillom y el comienzo del de las Pelotas, un grupo de veteranos de la Guerra de Malvinas subió al escenario para un homenaje que incluyó el clamor popular por unas Malvinas que "fueron, son y serán argentinas" y una versión del Himno Nacional Argentino interpretada al bajo por el cadillac Flavio Cianciarulo.
Emotivo comienzo con Capitán América después del sentido saludo de los combatientes. "Argentina, loco", desliza Germán Daffunchio. La emoción insiste con ¿Qué podés dar?. Empieza a bajar la temperatura en el predio pero el público pone su cuota de calor. Un show parejito de estos profesionales del Quilmes Rock. Una banda con mucha cancha en este tipo de menesteres: que siempre es un 10/10. Y lo volverán a hacer.
Andrés y Buenos Aires, un romance. "Con el mismo amor de siempre", le dedica su show a la ciudad indestructible. Versión madura de la siempre joven Sin documentos. Y ahí es piña tras piña: Loco, Te quiero igual, Flaca, Mi enfermedad, Alta suciedad, Me arde. Entretanto, un shoutout al Pity Álvarez, que asoma en un video por ahí. El público del Quilmes Rock también sabe llorar. Se puede decir muchas cosas sobre El Salmón pero ya las dijo mejor Juan Manuel Strassburger en su libro Tu ídolo es un ídolo: "Me gusta Calamaro porque tiene el don de la verdad".
¡Sorpresa! Irrumpen entre la pípol arriba de un cisne, al ritmo de Ya lo sabía y su pop indeleble. Chiches electrónicos, colores estridentes y un punchi punchi sazonado con Pet Shop Boys. El público asume su rol y se entrega en cuerpo y alma a la fiesta. Delicados en Nadie como tú y un segmento con Lali para Mejor que vos y Yo te diré, con chape incluido. No, Ale no quiso, pero Juliana sí, y hubo lengüetazo. Permiso, humanos, denle paso a Miranda!, la aplanadora del pop.
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