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6/4/2025

Té para ella

Cantó canciones de Lily Allen en Mexico, encontró su nombre artístico en Perú y la comparan con Erykah Badu y Amy Winhouse. Hija de madre aficana y padre árabe, es en su segundo disco, Tell Them It’s Sunny, donde despliega una contagiosa mezcla de soul, dub y hip hop en busca del mejor color.

Esta joven inglesa de 30 años define su estilo como R&B psicodélico con influencias dub. 
Esta joven inglesa de 30 años define su estilo como R&B psicodélico con influencias dub. 


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Greentea Peng es la revelación musical británica del momento

Té para ella

Cantó canciones de Lily Allen en Mexico, encontró su nombre artístico en Perú y la comparan con Erykah Badu y Amy Winhouse. Hija de madre aficana y padre árabe, es en su segundo disco, Tell Them It’s Sunny, donde despliega una contagiosa mezcla de soul, dub y hip hop en busca del mejor color.

Su carrera empezó de una manera bastante poco tradicional. Cuando estaba de visita en México, se subió a un micrófono abierto, cantó una versión de “Smile”, el hit de su coterránea Lily Allen, y fue reclutada por una banda local de covers que la llevó de gira. Nacida como Aria Wells y crecida en el sudeste de Londres, Greentea Peng sacó su nombre artístico de una caja de té –que encontró en ese mismo viaje, durante su paso por Perú–, donde una chica sensual totalmente desentonada para el producto aparecía en la etiqueta. A eso le agregó la palabra “Peng”, que en slang londinense remite a alguien super hot: lo que en definitiva indica que su nombre artístico es algo así como un tecito delicioso y especiado. Nada mal para describir la música de una joven inglesa de 30 años, de madre africana y padre árabe, que define su estilo como R&B psicodélico con influencias dub. Un mix que se completa con elementos de la música tradicional africana, el spoken word, el hip hop y el soul.

Greentea Peng, que acaba de sacar su segundo disco Tell Them It’s Sunny después de un celebrado debut en 2021, cuenta que su carrera fue rápida y furiosa: así como colisionó muy joven, resucitó con ímpetu. Empezó a componer a los 12 años, motivada por su padre actor que siempre la impulsó a las artes escénicas. Lo dejó a los 15 por el bullying que recibía en el colegio –suscitado por las mismas razones que más tarde las convertirían en estrella y en un icono de moda underground–, y antes de los 20 estaba perdida en el abuso de sustancias. Pero su retorno a la música y la sanación se dio, igual que para muchos de sus colegas, a través del viaje. Como muchos europeos, en sus 20’s pensó que un recorrido por Latinoamérica la ayudaría a reconectar con la vida, con algo de belleza, y a sus 21 años partió a México donde se dedicó a atender bares hasta que consiguió trabajo en un retiro de yoga, eventualmente se animó a subirse a escenarios amateurs como para no perder totalmente la costumbre. Y ya con esa experiencia se animó a volver a escribir canciones.

De vuelta en Inglaterra, se la he emparentado con Erykah Badu y Amy Winehouse por su voz ronca y melosa, y por su actitud desenfadada. A la par de sus canciones, su joyería, sus tatuajes faciales, sus atuendos florales, su corona rasta con tocado animal print, y su visión de la moda en general hacen difícil no pensar en ella como una auténtica estrella. Aunque ella dice que no tiene interés alguno en convertirse en una: “En cuanto parezca que esto se trata de otra cosa que no sea la música, daré un paso atrás de inmediato”, asegura Greentea, que al contrario de cualquier estrella pop de su generación, en sus canciones habla de renunciar al ego, o de derribar a Babilonia.

Greentea Peng empezó a publicar sus canciones a finales de 2017, motivada por esa experiencia fundacional en México que la reconectó con la música. Un año y medio después grabó una actuación para la plataforma musical alemana Colors que se hizo viral. De ahí la cosa fue en subida: participó como invitada en un mixtape de los todopoderosos The Streets y mostró todo su esplendor en el programa Later... With Jools Holland, acaso a lo que aspira todo músico inglés. En 2021 quedó cuarta en la lista de la BBC Sound, asegurando su posición como uno de los talentos más prometedores del neo-soul británico. Y luego publicó un esperado álbum debut llamado Man Made (2021) que ella definió como “una forma de sanación”. Una frase que suena muy bonita en comparación con el estrés que le generó a su propia banda, ya que ella –testaruda y experimental– insistió en grabarlo afinado en 432 hertz en lugar de 440, la frecuencia estandarizada que se maneja globalmente para que los instrumentos estén afinados al mismo tono. En algún momento, fue una creencia bastante popular en redes que 432 hertz era una opción menos estandarizada y agresiva, o quizás más libre y espiritual. Wells la describe como “una frecuencia más corporal, de penetración en la zona del corazón”, aunque su banda la odió en su momento porque tenían que desafinar constantemente sus instrumentos en las sesiones.

Como sea, a pesar de sus ocurrencias poco tradicionales, Greentea firmó con AMF Records, sello parte de Universal Music Group. Y uno podría pensar: ¿Qué hace una persona tan espiritual en una corporación? Pero ella opina lo contrario: “No tengo la mentalidad empresarial necesaria para ser una artista independiente. Incluso cuando no lo eres, tienes que lidiar con muchas cosas. De repente tengo que seguir horarios a los que no estoy acostumbrada. Realmente está fuera de mi carácter. He tenido bastante suerte en ese sentido, porque si no hubiera sido por mi primer mánager probablemente nunca habría llegado a esto. Yo era buena haciendo música y subiéndola a YouTube o SoundCloud. Mi banda estaba en México y en mi cabeza siempre estaba volver a México y simplemente cantar en la playa”, dice descreída ella, que justo después de eso tuvo otra experiencia en el marco de la revelación: en 2022 dio a luz a una hija y cambió una vez más sus planes. “Tuvo un efecto muy profundo en mí. Me di cuenta de que en realidad podía hacer lo que me diera la puta gana, y nadie puede decirme lo contrario”.

Ahora, su nuevo álbum, con varios años de delay, la muestra con una estética mucho más inclinada a algo más introspectivo que festivo, desafiante o político. Un giro hacia adentro, dicen algunos. Si Man Made era una respuesta colorida y psicodélica a la locura de la era del encierro, la estética de su nuevo material es casi cien por ciento en blanco y negro, más difuminada, en misteriosa y sugestiva escala de grises, para luego sumergirse en canciones que esta vez acogen un poco más de distorsión y tintes confesionales. “Al principio decir ‘Tell Dem It's Sunny’, pero con la portada en blanco y negro, era casi un sarcasmo. Pero después me di cuenta que en realidad es parte de una filosofía: Hace sol, por mucha mierda que rocíen en los cielos para taparlo. Viajo por las profundidades con el sol en el pecho”, cuenta Greentea. “Me llaman hippy muchas veces. Esto es para que sepan que ha sido un camino muy, muy oscuro para llegar a estos atisbos de color”.

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Fuente: https://www.pagina12.com.ar/815971-te-para-ella