EN VIVO
En un monasterio español del Siglo XVIII pasan demasiadas cosas raras para gente normal. Y un grupo de cinco reclusos quieren tomarse el palo, así que montan una fuga cuanto menos curiosa. Con esa premisa, la gente del estudio The Game Kitchen (los de Blasphemous I y II) trae ahora el juego de sigilo táctico The Stone of Madness, en el que se insinúan algunos elementos terroríficos, pero que intenta transmitir sobre todo los efectos del miedo en la mente de los protagonistas.
Es rara la idea de un juego que transcurre en un monasterio español titulado en inglés. Salvado eso, The Stone of Madness se apoya en dos elementos centrales: una ambientación interesante (con referencias a Umberto Eco y a Francisco Goya) y la incorporación de mecánicas vinculadas a la cordura (como el viejo juego de rol de La llamada de Cthulhu) y los traumas de los personajes como desafío adicional.
Es, además, un juego extenso (unas 30 horas jugadas a buen ritmo, aproximadamente), pero la dinámica es más bien la habitual para este tipo de títulos: crear distracciones, escabullirse, aprovechar las habilidades de los personajes. Y cada tanto esconder algún cadáver en un ropero que haya a mano. La perspectiva isométrica. No busca ser un juego innovador, pero sí interesante. Y aunque por momentos resulta obvio lo que hay que hacer para salir adelante, una cosa es advertirlo rápido y otra ponerlo en práctica.
El jugador lleva a cinco personajes, cada uno con sus habilidades y, sobre todo, con sus fortalezas. Por ejemplo, Alfredo es un sacerdote preso contra su voluntad que reniega de toda forma de violencia e incluso lo repele pasar cerca de un cadáver. Leonora es una ladrona enérgica, pero tiene fobia al fuego y no puede usar sus habilidades cerca de él. Eduardo es un grandote mudo y se asusta en la oscuridad. Cada vez que estos personajes enfrentan sus miedos, pierden cordura. Así que si los bastonazos de los guardias no terminan con los intentos de huida, puede que no les quede demasiada noción de la realidad para conseguirlo. Lovecraftiano, sí.
Sin spoilers: muchas de las actividades pueden alternarse entre el día y la noche en el monasterio/manicomio/prisión. Pero, claro, hay buenos motivos para que la mayoría de los habitantes del lugar no pongan un pie fuera de su celda por las noches (pues "a Dios rogando y con el mazo dando", dicen por ahí).
La ambientación y el planteo inicial recuerdan un poco a El nombre de la rosa, de Umberto Eco, con ese misterio monacal que también celebra el remanido "pueblo chico, infierno grande". La idea de hablar de las torturas de la Inquisición también tiene su peso aquí. Los desarrolladores aseguran haberse inspirado para la estética en la obra del pintor español Francisco de Goya, del mismo período en el que transcurre el juego, aunque muy probablemente el resultado no esté a la altura de lo que esperarían los aficionados a la pintura del Siglo XVIII. Hay, sí, algunas estancias decoradas con cuadros hechos para la ocasión que están muy bien. Para el resto, cumple.
Sin alardes técnicos –que tampoco los necesita– el juego cumple en entretener durante mucho tiempo a los usuarios e incluso abre la posibilidad de la rejugabilidad, no sólo con niveles añadidos de dificultad sino también con distintas líneas narrativas a explorar. Pero cuidado al recorrer el monasterio: como advierte el refranero popular, algo tendrá el agua que la bendicen.
Conocé todas las opciones del contenido que podés recibir en tu correo. Noticias, cultura, ciencia, economía, diversidad, lifestyle y mucho más, con la calidad de información del Grupo Octubre, el motor cultural de América Latina.
Este es un contenido original realizado por nuestra redacción. Sabemos que valorás la información rigurosa, con una mirada que va más allá de los datos y del bombardeo cotidiano.
Hace 37 años Página|12 asumió un compromiso con el periodismo, lo sostiene y cuenta con vos para renovarlo cada día.
Fuente: https://www.pagina12.com.ar/812322-the-stone-of-madness-algo-tendra-el-agua-que-la-bendicen