EN VIVO
Escrita por Adriana Tursi, Felicitas o las niñas mudas retoma en clave de unipersonal la historia del primero de los femicidios que la prensa escrita cubrió en detalle a fines del siglo XIX. El caso de Felicitas Guerrero, un asesinato que involucró a integrantes de varias familias aristocráticas argentinas, vuelve al teatro en la interpretación de Agustina Peres, bajo la conducción del actor Roberto Vallejos. "La obra tiene una gran poesía y hace un profundo cuestionamiento sobre el rol de la mujer en la sociedad de aquella época y esto nos hace reflexionar sobre nuestro presente”, afirman actor y director en diálogo con Página/12. La tragedia sucedió en Barracas el 30 de enero de 1872, el día en que Felicitas, viuda de Martín de Álzaga y famosa por ser la heredera más rica, bella y joven de la época, formalizó su compromiso con Samuel Sáenz Valiente. Pero en medio de la reunión apareció un antiguo pretendiente, Enrique Ocampo (tío abuelo de las escritoras Victoria y Silvina) que la amenazó de muerte si no aceptaba casarse con él. Al recibir una negativa, el hombre la mató de un balazo y luego se suicidó, según el relato de la prensa escrita.
“Después se supo que Ocampo no se suicidó, sino que fue muerto por un primo de Felicitas”, cuentan la actriz y el director. Vallejos agrega, además, que el diario La Nación de esos días brindó a sus lectores un consejo admonitorio basándose en el trágico suceso, dado que el periodista “dijo que lo que pasó fue producto directo del rechazo sin motivo de una joven a su pretendiente y que pudo haberse evitado de no haber existido una negativa de su parte”. A la imposibilidad de elegir con quién casarse, subrayan los entrevistados,” las mujeres de entonces no podían disponer libremente de su patrimonio y ni siquiera podían viajar solas”.
Continúan analizando Peres y Vallejos: “Cargamos con lo que se supone que tenemos que hacer según los mandatos familiares, la educación de la época y también lo que impone la Iglesia: y está visto que lo que funciona para una sociedad del pasado tarda mucho en modificarse”. De larga trayectoria en cine, televisión y teatro, Vallejos decidió dirigir a la actriz (su esposa también) por tratarse de un tema que le interesa especialmente y lo sensibiliza. “Pocas veces tomé la dirección de una obra, me tiene que conmover una temática, un texto. La vez anterior que tomé este rol también dirigí a Agustina, fue cuando estrenamos Las 20 y 25, de Patricia Suárez.”. En esa ocasión también la obra hacía foco sobre una mujer –Eva Perón- aunque desde la mirada de quienes la trataron en el día a día.
Como si fuera el recuerdo de un sueño, Felicitas… da comienzo con la protagonista vestida de novia ubicada en un lugar y un tiempo indeterminados. En su monólogo cobran vida los otros personajes: sus padres, la abuela, el marido muerto, los pretendientes. Vallejos destaca que la actriz comienza cantando como parte del prólogo de esta obra que, “con inteligencia y poesía retrata a la mujer dócil y pasiva de una época en la que los hombres veían a la mujer como si fuesen niños a quienes debían proteger”.
-¿Cómo inicia Felicitas su historia?
Agustina Peres: -Ella está vestida de novia, extrañada de que nadie la va a buscar. Desde ese lugar parecido a una especie de limbo va recordando y descubriendo lo sucedido, reviviendo situaciones y hasta parece preguntarse si se trata de un sueño o de la realidad.
-En su monólogo, ella menciona el caso de Camila O’Gorman, a pesar del tiempo que distancia ambos hechos.
Roberto Vallejos: - Sí, lo de Camila pasó en tiempos de Rosas y lo de Felicitas en 1872. Pero esa mención viene a reforzar el mandato patriarcal: las mujeres tienen que tener cuidado con lo que eligen hacer en la vida. Si no, miren lo que puede pasarles.
A.P.: -En uno de los cuentos que le relata la abuela a Felicitas hay una imagen que tiene el mismo efecto: el ángel de la guarda la ronda, armado de una guadaña. ¿En quién descargará su violencia? Es una imagen que la aterroriza, que le habla de los riesgos que corre si se atreve a rebelarse.
-¿Qué sucede cuando estos temas se abordan desde el teatro?
R.V.:-Se reafirman pensamientos, se crea opinión. Una obra como esta es un buen termómetro de lo que somos como sociedad. Nos hace ver cómo se fue naturalizando y aceptando la obediencia incondicional de la mujer al rol sobreprotector y dominante del hombre.
A.P:-La vulnerabilidad de este personaje crea empatía y genera debate, y esto de volver a hablar de la violencia en los vínculos es necesario porque la esencia del patriarcado subsiste. Nos parece que hablar sobre la tragedia de Felicitas tiene el efecto de sanar una deuda con las mujeres de las generaciones que no pudieron desarrollarse por estar sometidas a los mandatos de su época.
*Felicitas o las niñas mudas, Nün Teatro (Juan Ramírez de Velasco 419) sábados a las 18 hs.
Conocé todas las opciones del contenido que podés recibir en tu correo. Noticias, cultura, ciencia, economía, diversidad, lifestyle y mucho más, con la calidad de información del Grupo Octubre, el motor cultural de América Latina.
Este es un contenido original realizado por nuestra redacción. Sabemos que valorás la información rigurosa, con una mirada que va más allá de los datos y del bombardeo cotidiano.
Hace 37 años Página|12 asumió un compromiso con el periodismo, lo sostiene y cuenta con vos para renovarlo cada día.
Fuente: https://www.pagina12.com.ar/809496-una-obra-como-esta-es-un-buen-termometro