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1/1/2025

Balance 2024 de rock, música urbana y electrónica: la era del show

El masivo interés por la música en vivo marcó el año, de la vuelta de Los Piojos a la despedida de Tan Biónica, de Creamfields a Lollapalooza.

En un año marcado por los regresos y  las despedidas, Dillom se confirmó como el artista nuevo más notable de la música joven argentina
En un año marcado por los regresos y  las despedidas, Dillom se confirmó como el artista nuevo más notable de la música joven argentina


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Los discos, recitales, festivales y regresos más memorables del año que terminó

Balance 2024 de rock, música urbana y electrónica: la era del show

El masivo interés por la música en vivo marcó el año, de la vuelta de Los Piojos a la despedida de Tan Biónica, de Creamfields a Lollapalooza.

La cultura musical en la Argentina ajena a los espacios eruditos, tal cual la conocemos hoy, experimentó dos puntos de inflexión radicales en lo que va del siglo: la pandemia y la masacre de Cromañón. Esta última cambió para siempre la forma de comprender y organizar los recitales, sobre todo en Buenos Aires; y modificó la concepción del under. Con 194 personas víctimas fatales, sigue siendo la peor tragedia no natural sucedida en el país. Y, de hecho, pasó a la historia como el evento musical con más víctimas mortales en todo el mundo, secundado por un show de 2003 del grupo estadounidense de hard rock Great White, donde murieron 100 personas. Paradojas del destino: ambos desastres fueron provocados por pirotecnia.

A 20 años de la masacre que partió la escena

El pasado lunes 30 de diciembre se conmemoraron 20 años de Cromañón. En este tiempo, las distintas organizaciones no gubernamentales que surgieron a partir de este suceso profundizaron distintas luchas, entre ellas la de la Ley de Expropiación del local, frenada por el Gobierno nacional. Aunque lograron recientemente en la Legislatura porteña que la Ley de reparación deje de ser provisoria y pase a ser vitalicia.

Entre los actos que se llevaron a cabo el día del aniversario, se destacó el que realizó en el Obeslico la organización No Nos Cuenten Cromañón, bajo el lema "En honor a la verdad". De esa actividad fue parte Don Osvaldo, banda liderada por Patricio Fontanet, cantante de Callejeros, el grupo que protagonizó el fatídico show de Cromañón. El grupo estuvo bastante activo en 2024, e incluso actuó en España, Uruguay y Chile.

Además, en octubre Prime Video estrenó Cromañón, una serie dirigida por Marialy Rivas y Fabiana Tiscornia que puso el tema nuevamente en agenda y que generó polémica por su recreación detallista de esa jornada. Unos meses antes, el periodista Bruno Larroca había publicado Voces, tiempo, verdad, un libro que recopila testimonios de los sobrevivientes de Cromañón.

La era de la música en vivo

Por otro lado, pese a que la férrea contención inflacionaria y la profundización de la recesión económica caracterizaron el primer año de la Milei, el trajín de recitales y festivales no paró. Todo lo contrario. Si en principio se pensó que semejante arrebato tenía que ver con las ganas contenidas de reunirse colectivamente tras la pandemia, lo que pasó en los dos últimos años desecha esa teoría. Según la Dirección General de Estadística y Censos GCBA, en 2023 la asistencia a espectáculos musicales tan sólo en Capital Federal había aumentado un 5% con respecto al año anterior, con un 36% más de shows (más de 1400 en 2023). Y en 2024 esa cifra se vio ampliamente superada.

A manera de muestrario, en un recorte realizado por la Asociación Argentina de Empresarios/as Teatrales y Musicales (AADET) en la semana del 25 de noviembre al 1º de diciembre, la ocupación de las salas porteñas con recitales osciló entre el 71 y el 96 por ciento. Ese crecimiento no es aislado. Por ejemplo en España, que en 2023 ya había liderado el ranking de recaudación en recitales con 578 millones de euros, durante 2024 se vendieron más de 28,3 millones de entradas, la cifra más alta desde 2011. Y así mismo fue una constante en todas partes, al punto de que algunos futurólogos del showbusiness se atrevieron a llamar a este periodo "La era de la música en vivo". La consecuencia fue que este año se produjera una saturación desmedida y una creciente llamada de atención del interés del público, casi lindando con la competencia salvaje.

Está comprobado que para un artista internacional de elite no es rentable una visita a Sudamérica, y menos aún para el que ofrece shows inmersivos como Coldplay, donde conviven elementos visuales y tecnológicos. Los tickets de la vuelta de Paul McCartney a Buenos Aires, en River en octubre, oscilaron entre los 90 y los 250 mil pesos. Los valores para ver a un artista local mainstream varían entre los 20 y los 70 mil pesos. En tanto que la entrada base de un artista en ascenso tiene de piso los 6 mil pesos, incitando una competencia insostenible. A lo que hay que sumar los costos de estacionamiento y del consumo de comidas y bebidas en los recitales (que son cinco veces mayores que en los Estados Unidos). Todo eso volvió a las giras en un negocio cada vez menos redituable.

Para que la pasión no decaiga, a raíz de los sueldos magros, se ofrecieron planes de financiamiento de tickets con tarjetas de crédito, en cuotas sin interés. Si bien mucho público venía financiando así las entradas, se blanqueó la que al parecer es la única alternativa para costear la avalancha de shows no sólo de 2024, sino también de 2025. Porque la vuelta de Oasis, por caso, está ya pautada para noviembre. Pero tampoco es para dormirse, porque también mutó la morfología de los eventos veraniegos, que hace una década tomaban la Costa Atlántica y dejaban para Buenos Aires una oferta desértica. Esto cambió drásticamente, al punto de que Patti Smith y Twenty One Pilots actuarán en la ciudad en enero. Y con el dólar planchado, se prevé que esa agenda siga creciendo.

Una nueva camada en los festivales

Otro dato que vale la pena destacar es el abrupto cambio generacional en las audiencias que hoy colman los eventos musicales, sobre todo masivos. Una encuesta nacional de consumos culturales, realizada por el Sistema de Información Cultural de la Argentina, ya advertía en 2019 que la dieta favorita de millennials y centennials pasaba por el streaming y los shows en vivo, lo que terminó de hacerse explícito en la post pandemia. Justamente, sendas generaciones habitaron el Movistar Arena prácticamente todos los días, a lo largo del año, y convirtieron en amplificadores identitarios a festivales como Lollapalooza Argentina (en 2025 celebra su décima edición) o Buenos Aires Trap (cuya última versión destacó por su curaduría y también por una organización impecable).

Como suele suceder, en 2024 el punto de partida de los eventos musicales masivos volvió a ser el Cosquín Rock (que este año celebrará su primer cuarto de siglo), de cuya grilla destacaron las performances de Lali, que usó el escenario para responder a los ataques recibidos de Javier Milei; y Dillom, que arremetió contra Luis Caputo, el ministro de Economía.

¿Qué escuchan estas generaciones? En materia de streaming, la artista más escuchada a nivel mundial en Spotify fue Taylor Swift, quien se llevó además el Grammy al disco del año. Mientras que en la Argentina ese lugar lo ocupó Emilia Mernes. Y es que la exposición de las cantantes y músicas tuvo un protagonismo relevante en 2024: en casi todas las encuestas anuales de los mejores álbumes de 2024 realizadas a nivel global, ellas son mayoría. Desde la madrina del noise Kim Gordon (ex Sonic Youth) con The Collective, hasta la reina del hyperpop, Charli XCX, comandan estos resúmenes, en los que también sobresalen los exquisitos Charm, de Clairo; y Here in the Pitch, de Jessica Pratt. Otros trabajos distinguidos a nivel global fueron Diamond Jubilee, de los piscodélicos Cindy Lee, y Songs of a Lost World, de The Cure.

Escuche y vuelve

Pero, más allá de los festivales, si algo marcó a 2024 fueron los regresos. Comenzando por el de Los Piojos, que a 15 años de su último recital tuvo una vuelta no exenta del culebrón, luego de que el bajista fundador del grupo, Micky Rodríguez, no fuera de la partida. Su lugar en las siete fechas pautadas en el Estadio Único de La Plata (de las que quedan dos por consumar en enero), lo ocupó Luli Bass. Incluso la despedida de Tan Biónica tuvo algo de sabor a reunión, con los diez Movistar Arena entre agosto y octubre. También volvieron los Ratones Paranoicos, aunque (en teoría) para colgar los guantes. Y lo hicieron en septiembre en Vélez.

Unos días más tarde, ahí mismo, Eric Clapton, contra todos los pronósticos, dio un recital a la altura de su leyenda. Y de fábula igualmente fueron las tres suspensiones de la celebración de los 30 años de carrera de No Te Va Gustar en Liniers, pero la cuarta fue la de vencida y le añadieron cuatro Movistar Arena más. También Manu Chao, Maná y Luis Miguel (en dos desembarcos distintos) se reencontraron con sus fans locales, al igual que Biohazard, Megadeth, Dream Theater o Iron Maiden.

A 30 años de la salida de Moon Safari, Air celebró la vigencia de su disco debut en el Movistar Arena. Y lo mismo pasó con T.N.T., de Tortoise, en Niceto Club. Dos tótems del indie, Pavement y Dinosaur Jr, se mostraron revitalizados en sus shows en el C Complejo Art Media. Y sendos paradigmas del post britpop, Travis y Keane, también evidenciaron su renovación en el Teatro Gran Rex y en el estadio de Villa Crespo. En ese mismo lugar, Travis Scott llevó al público hasta su inframundo, mientras que la dupla inglesa de rap y post punk Sleaford Mods sorprendió en Niceto Club con una performance más cercana al minimalismo que a un recital. Franz Ferdinand volvió de entre los muertos con un Obras notable, y Lenny Kravitz, en el Movistar Arena, sacó chapa, clásicos y hedonismo.

Una antesala sobre lo que será el futuro en las performances la materializó Holo, show del productor y DJ sueco Eric Prydz, en el Movistar Arena, confeccionado a partir de hologramas tridimensionales. Esto sucedió en medio de la coronación de Mariano Mellino como la nueva gran figura argentina de las pistas de baile, lo que asentó en diciembre en Mandarine Park. Si algo distinguió también a este año fue el retorno de los eventos masivos de música electrónica, satanizados tras la tragedia de Time Warp en 2016. El Ultra Music Fest –festival que había tenido un par de fallecidos en su edición de 2013– anunció su regreso para abril de 2025. Todo después de la consumación de Creamfields en noviembre en el Parque de la Ciudad, cerca de su vieja locación del Autómodromo, a partir de la negativa del jefe de gobierno porteño, Jorge Macri, de que se siguieran haciendo shows multitudinarios en Palermo.

La nueva ola de la música argentina

Poniendo el foco en los artistas locales, si 2023 había sido de Fito Páez (que en noviembre celebró los aniversarios de Del 63 y Circo beat en el Movistar Arena), 2024 fue de su mentor, Charly García. El prócer del rock argentino publicó en septiembre su nuevo álbum de estudio, luego de siete años: La lógica del escorpión, que dividió las aguas. El lanzamiento coincidió con el festejo de los 40 años de su obra maestra en solitario, Piano bar, y con los 30 años del preludio de su etapa Say No More: La hija de la lágrima. A falta de su presencia en los escenarios, los músicos que lo respaldaron en diferentes etapas de su obra solista salieron al ruedo con proyectos que lo revisitan, como Los Instrumentales de Charly y Beats Modernos. En tanto que Hilda Lizarazu sacó el disco tributo Hilda canta a Charly.

Pero la gran figura local de 2024 fue Dillom. Si bien ya venía pidiendo cancha, con su segundo álbum confirmó el fenómeno. Por cesárea, publicado en abril, trae 12 canciones que abren el espectro de la música urbana para ubicarlo en una estética más crossover, mientras aborda tópicos que siguen siendo tabú como el abuso de sustancias, el trauma infantil, la violencia de género y el suicidio. Lo que visibiliza no sólo a chicos marginados por el sistema sino a una subescena "friki" que toca temas afines y que incluye a BB Asul, Benito Cerati, Faraónika, Lali o Marttein, el artista revelación de la temporada, como confirmó en noviembre en Niceto Club, desatando pasiones.

Otros discos representativos fueron Baño María, de CA7RIEL y Paco Amoroso, que decantó en el loable Tiny Desk que protagonizaron en noviembre; Descartable, de Wos, que le hizo una notable gira, de Racing a Rosario, pasando por Europa y Latinoamérica; y Donde van los perros, de Odd Mami (partícipe de Rip Gang, colectivo del que proviene Dillom). En un plano más rockero, la dupla post punk Dum Chica le rindió culto a la oscuridad con Súper premium extra, Winona Riders dialogó con el garage y el techno en No hagas que me arrepienta, y Massacre se reinventó en Nueve. Mientras que con el exquisito Maquillada en la cama, Juliana Gattas demostró que hay vida (y una aún más dance) fuera de Miranda!, que por cierto resultaron ganadores del Gardel de Oro.

Adiós y continuidad

Aparte de haberse cumplido 10 años de la muerte de Gustavo Cerati, en el In Memoriam de 2024 resaltan Quincy Jones, Kris Kristofferson, Damo Suzuki, Paul Di Anno, David Sanborn, John Mayal, Sergio Méndes y dos leyendas del rock argentino: Javier Martínez y Willy Quiroga. Por supuesto, la de Liam Payne (ex One Direction) fue la más mediática porque sucedió en Buenos Aires y porque pasó a ser un caso policial (procesaron a 5 personas). Qué añito…

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Fuente: https://www.pagina12.com.ar/794073-balance-2024-de-rock-musica-urbana-y-electronica-la-era-del-