EN VIVO
Un pibe categoría 2001 produce un disco sobre su mayor temor: el fracaso. Apenas 23 años, y ya lo carcome la exigencia de un mundo absurdo. Se corta el pelo, lo tiñe de rubio, se descubre el ojo izquierdo y repasa los diccionarios de lunfardo que tanto le gustan. Se lamenta por no llegar a entender parte del argot inventado en los cuadernos de su abuelo. Usa gafas de CQC, y la falta de ironía en su proyecto hace pensar que quizás ni lo haya notado. Marttein es novedad sólo en su forma. Su trilogía de discos experimentales y sólidos trabajos en dúo –como EL TRUCO, el EP junto a Juana Rozas– se agranda con el disco epónimo que acaba de publicar y que presenta este miércoles 4 de diciembre en Niceto Club. MARTTEIN es un punto cero.
Por más que se encuentre en un bar porteñísimo con nombre tropical, el rubio dejó su personaje en otro sitio. Ese ángel del infierno que se encastra erguido a los escenarios no vino. Su glamour de cabotaje quedó en la cintura del motoquero de app que lo trajo a la entrevista. Su mirada alrededor está igual de atenta que el ritmo sostenido de una de sus piernas. Los ojos estrambóticos hoy relajan para concentrarse en responder algo que lo deje conforme.
Con la guitarra de El Pepe y Jeremy en sintetizadores, creó un disco desde la spoken word y le pone cuerpo a una criatura carismática e infame, que aunque no esté buscando adjetivos babasónicos los consigue. MARTTEIN surge de una sensación de querer decir algo y no poder por presión, una impotencia que queda, una bronca. Una rabia contenida que se mastica pensando en lo que podría haber sido.
En vivo supura la fascinación de un fanático religioso, la demencia de Marjoe Gortner (el predicador evangelista que estudió los movimientos de Jagger para "curar almas") y la perversión irresistible de Javier Bardem en Perdita Durango. ¿Pero a quién engaña? Marttein habla de la juventud sin incluirse en ella, ¿inconsciencia o personaje? Si los muchachos de antes no usaban el celu, ¿es traición que un centennial no mire su teléfono durante casi dos horas?. Quizás la perfidia tenga que ver con este presente de anhedonia colectiva donde ni dentro de la cama consiguen conectar entre sí. Hacer un álbum que empieza con un sampleo de La Macarena y termina con un RKT de feria. Marttein va por todo.
"Acá empieza mi carrera. Por más que ya haya caminado con los otros discos, lo que hago acá se proyecta de otro modo. Es la primera vez que hago un disco con un soporte tan completo y que también es mi DNI, mi álbum homónimo. En todas las aristas hay un trabajo profundo de arte. Eso lo lleva al lugar de debut."
Hay una parte dark que parece salida del protagonista de Tony Manero, otra más jocosa que podría venir de Human Traffic (sobre la cultura rave de Escocia) y hay algo de Jim Carrey. También una energía glam, Iggy Pop, los New York Dolls. "Y también Suede, que tiene algo glamero pero más roto", agrega Marttein. "Hay cierta delicadeza en sus movimientos también, lo ves y te da miedo pero también te gusta. Esa complejidad me la permitió el entrenamiento, me dio esas capacidades físicas para mostrar tanto al mismo tiempo. También aparece la soberbia, que representa el estereotipo del porteño, o la visión del porteño que tienen de afuera."
Conocé todas las opciones del contenido que podés recibir en tu correo. Noticias, cultura, ciencia, economía, diversidad, lifestyle y mucho más, con la calidad de información del Grupo Octubre, el motor cultural de América Latina.
Este es un contenido original realizado por nuestra redacción. Sabemos que valorás la información rigurosa, con una mirada que va más allá de los datos y del bombardeo cotidiano.
Hace 37 años Página|12 asumió un compromiso con el periodismo, lo sostiene y cuenta con vos para renovarlo cada día.
Fuente: https://www.pagina12.com.ar/787398-marttein-tengo-23-anos-y-mi-disco-habla-de-ser-un-fracasado