Menú

showbizBeta

Redes

10/11/2024

Rocco Carbone: "Hay que organizar una fuerza antifascista"

El filósofo italiano señala que la del actual presidente argentino es "una revolución degradada" y que la tarea es "organizar una revolución constructiva". Carbone despliega la teoría de que en el país se ha impuesto un tipo de fascismo favorecido por el ecosistema mediático y el uso de las redes "antisociales". "No es necesario matarnos, basta con inhibir nuestra respuesta y desconocer nuestra condición humana", dice. 

Carbone está radicado desde hace dos décadas en la Argentina. Es profesor de la Universidad Nacional de Quilmes e investigador del Conicet.
Carbone está radicado desde hace dos décadas en la Argentina. Es profesor de la Universidad Nacional de Quilmes e investigador del Conicet.


EN VIVO

Cultura y Espectáculos

Escribió el libro "Lanzallamas. Milei y el fascismo psicotizante"

Rocco Carbone: "Hay que organizar una fuerza antifascista"

El filósofo italiano señala que la del actual presidente argentino es "una revolución degradada" y que la tarea es "organizar una revolución constructiva". Carbone despliega la teoría de que en el país se ha impuesto un tipo de fascismo favorecido por el ecosistema mediático y el uso de las redes "antisociales". "No es necesario matarnos, basta con inhibir nuestra respuesta y desconocer nuestra condición humana", dice. 

La principal hipótesis del nuevo libro del filósofo Rocco Carbone, titulado Lanzallamas por incluir una relectura de la obra de Roberto Arlt, es fuerte, osada: en el corazón del gobierno de Milei hay un poder fascista. La primera actitud del autor es aclarar: "No necesariamente tenemos que pensar en la clave de las experiencias europeas del siglo XX, sino en un poder inherente a la condición humana y la condición del capitalismo", dice a Página/12. "Cuando está en crisis, el capitalismo organiza el fascismo, para cuidarse, parapetarse y tener una década o centuria más de tiempo. Es un poder tanático, absolutista y de destrucción masiva", advierte.

"Todas las ideas deben ser respetadas./ El fascismo, no./ No es una idea./ Es la muerte de todas las ideas": con esta cita del político, abogado y periodista italiano Sandro Pertini abre este breve y alarmante ensayo publicado por Debate, sello de Penguin Random House, en el cual el filósofo italiano -radicado hace dos décadas en la Argentina- despliega la teoría de que en el país se ha impuesto un tipo de fascismo "psicotizante" y "celular", absolutamente favorecido por el ecosistema mediático y el uso de las redes "antisociales". El gobierno de La Libertad Avanza instaura una "nueva fase de privatización, la de la estatalidad" y busca "extirparnos la existencia, eliminarnos" del mapa, entre otras cosas con medidas represivas. ¿Todo para qué? "Para que un puñado de familias y de empresas nacionales y globales se enriquezca sin límite", escribe el pensador. Las causas de esta fase también son exploradas.

"Por mi condición extranjera veo cosas que un ciudadano nacido aquí no ve. Eso no quiere decir que vea mejor o peor", se presenta Carbone, cuya sensibilidad con el tema de su trabajo tiene orígenes familiares ("mi familia participó de la primera y segunda guerra mundial: era antifascista", evoca). Cuando años atrás teorizó acerca de los vínculos entre el macrismo y la mafia (en Mafia Capital. Cambiemos: las lógicas ocultas del poder, editado por Luxemburg en 2020) lo miraron como a "un loco". Ahora cree, también, que sus nuevas ideas no están siendo del todo aceptadas. El subtítulo del libro es "Milei y el fascismo psicotizante".

Llega al bar de la entrevista desde la CTA, donde hubo una reunión de la Red Internacional Antifascista. "En Caracas en septiembre se organizó un congreso mundial en contra del fascismo, el neofascismo y experiencias similares. En Venezuela no tienen ningún empacho en reconocer al gobierno de LLA como fascista y a Milei como a una figura política fascista. Cosa que no hemos podido aceptar en la Argentina", contrasta el profesor de la Universidad Nacional de Quilmes e investigador del Conicet.

"El Presidente no quiere empalmar a la palabra 'fascismo' con su figura. Y en los medios hacen permanentes operaciones para desgajar la experiencia de Milei de la fascista", plantea. Para él este Gobierno no debería ser calificado "de derecha, extrema derecha o ultraderecha": esas son meras "descripciones". "Democracia y fascismo son dos palabras que no pueden ir juntas, porque el fascismo está por fuera del orden democrático", sentencia. 

-¿En qué sentido el gobierno de Milei es fascista?-Es un poder fascista. Lo explico comparativamente: un gobierno de derecha, reaccionario, quiere apropiarse del excedente de explotación de la riqueza que generan las clases trabajadoras; que haya clases privilegiadas que se enriquecen y dirigen porciones del Estado y clases populares organizadas alrededor del trabajo. Este gobierno no funciona bajo ese paradigma. Se quiere apropiar de la riqueza de los laburantes pero al mismo tiempo quiere inhibir la respuesta del campo de la emancipación, porque el fascismo siempre trata de enloquecer a los ciudadanos, los movimientos sindicales, las organizaciones libres del pueblo, los movimientos, partidos. Quieren inhibirla para reconvertir al Estado Social en un negocio que sirva a la burguesía local y hoy a una nueva clase social global, una suerte de aristocracia financiera, tecnológica, identificada en los monopolios globales absolutistas que podemos identificar, por ejemplo, con los Elon Musk de la vida. Y entonces que la Argentina se convierta en una suerte de espacio colonial. Destruir al campo nacional y popular para que dejemos de existir no es algo que hace un gobierno de derecha. En ese caso vos tenés que laburar bajo la forma siempre más esclavizada, pero tenés derecho, por ejemplo, a una pequeña vacación... 

-¿Estás comparando con el gobierno de Macri?-Un Macri, un Menem... En el caso de Milei, es eliminarnos pero no bajo la forma del campo de concentración. Eso debe ser excluido, porque esto es incipiente. Este Gobierno elabora una lógica bélica: el laburante formal no puede llegar a fin de mes, los jubilados se movilizan todos los miércoles porque necesitan diez mil, 15 mil pesos más, el movimiento estudiantil no tiene garantizado el derecho al estudio... hay lógicas belicistas frente a estos sectores, que no parecen tener derecho a existir. No es necesario matarnos, basta con inhibir nuestra respuesta y desconocer nuestra condición humana. Cuando Macri trató de elaborar la política del 2x1, el pueblo trazó un límite, y Macri lo reconoció. Reconoció el antagonismo democrático. La democracia se define por un consenso creado sobre la base de un disenso. Hubo dos marchas inmensas en todo el país por la problemática universitaria y Milei ratificó el veto. Es el desconocimiento de la disidencia. Y eso lo hace sólo un poder político tendencialmente totalitario. Todo esto acompañado de la represión legal de Bullrich y una ilegal que está empezando a fraguarse. Acompañado, también, de un contexto latinoamericano y mundial propicio donde políticos homólogos a Milei están surgiendo. El fascismo es un poder contradictorio, que al mismo tiempo te dice siempre dos cosas. Elabora políticas y un discurso contradictorio. Si te dice que va a resolver la crisis social va a destruir el país. Eso tiene un efecto en nuestras cabezas, formas cognitivas y modos de organización. Si no sabés a qué verdad atenerte nunca vas a poder organizarte para frenar este poder.

-¿Ves al campo popular desorientado?-Hay una aceptación y un rechazo a la palabra "fascismo". A Milei le podríamos decir cualquier cosa en tanto y en cuanto entendamos su operatividad. Pero hay una resistencia a aceptarla, lo que quiere decir que no entendemos cabalmente qué vinieron a hacer estos tipos a la Argentina, qué pretenden hacer con nosotros y la emancipación. El campo nacional y popular está desorientado, metido en una interna que en parte es buena porque es reactiva, pero al mismo tiempo habla de que no entendimos de manera nítida a quiénes tenemos enfrente. Si entendiéramos el peligro inherente que implica este poder, el campo popular, pese a sus fraccionalismos históricos y a su condición abigarrada, se uniría para construir una especie de cordón sanitario para que no se magnifique aún más. 

-¿Qué características debería tener esa reacción?-Hablar de fascismo plantea la posibilidad de un momento reactivo, de la organización de una fuerza antifascista, momento necesario que debe ser buscado con radicalidad de pensamiento y de acción para no caer en una rendición incondicional ante fuerzas oscuras que buscan justamente eso. Una pregunta es cómo resolver esta catástrofe. Y una respuesta incipiente: afirmar nuestra lengua, organizar nuestra fuerza, preservar nuestra humanidad, volver a ser Estado. Puesto que la del presidente Milei es una revolución degradada, debemos organizar una revolución constructiva. No deberá ser simple repetición mecánica de la democracia anterior a diciembre de 2023, sino reanudación y renovación. O, para recurrir a una fórmula hegeliana: la restauración será negación de la negación. No podemos conformarnos con el mero antifascismo, sino imaginar y poner en movimiento el postfascismo. 

Suscribite a los newsletters del Grupo Octubre

Conocé todas las opciones del contenido que podés recibir en tu correo. Noticias, cultura, ciencia, economía, diversidad, lifestyle y mucho más, con la calidad de información del Grupo Octubre, el motor cultural de América Latina.

Este es un contenido original realizado por nuestra redacción. Sabemos que valorás la información rigurosa, con una mirada que va más allá de los datos y del bombardeo cotidiano.

Hace 37 años Página|12 asumió un compromiso con el periodismo, lo sostiene y cuenta con vos para renovarlo cada día.

Fuente: https://www.pagina12.com.ar/781371-rocco-carbone-hay-que-organizar-una-fuerza-antifascista