La bruja (o The Witcher), de Robert Eggers, significó la gran aparición de Anya Taylor-Joy en el cine. La película estrenada en 2015 fue su debut con un protagónico y la instaló como una de las grandes promesas de Hollywood. Pero en ese momento, la actriz argentina-estadounidense quedó decepcionada al verse en la pantalla, al punto de creer que nunca más volvería a ser contratada para actuar.
Durante una entrevista con el medio especializado The Hollywood Reporter previa a la entrega de los Emmy para Gambito de dama, Anja Taylor-Joy reveló que se había sentido "devastada" después de ver su actuación en La bruja por primera vez.
La película de terror de 2015 se estrenó mundialmente en el Festival de Cine de Sundance con gran éxito, y sirvió para instalar a Taylor-Joy en Hollywood. Pero su primera impresión al verla fue terrible.
“Rob (Eggers) nos mostró la película tal vez dos horas antes de la proyección al público, y yo estaba destruida”, reveló la joven de 25 años. “Pensé que nunca volvería a trabajar, todavía me da escalofríos al pensar en eso. Fue simplemente el peor sentimiento”.
“Pensaba que había defraudado a las personas que más amo en el mundo, que no lo había hecho bien. Soy bastante verborrágica, me gusta hablar, me gusta comunicarme. Pero esa noche no hablé, solo lloré. No podía soportar ver mi cara tan grande".
Claro, en ese momento era una adolescente de 19 años que estaba viviendo su primera gran experiencia cinematográfica. Antes sólo había tenido un bolo que ni siquiera había figurado en los créditos en la comedia Academia de vampiros (2014), y un pequeño papel en un episodio de la serie británica Endeavour.
La bruja, que está disponible en Netflix, es altamente recomendable. Transcurre en una granja cercana a un bosque, por el año 1630: una familia de colonos estadounidenses empieza a verse cercada por sucesos extraños, y la hija mayor se ve atraída por una fuerza maligna que parece venir del bosque cercano.
La realidad resultó totalmente opuesta a la distorsionada percepción de Taylor-Joy, que no dejó de trabajar después de su deslumbrante trabajo en La bruja. Ese mismo año tuvo un personaje relevante, Cassandra, en la serie Atlantis. Ya al año siguiente, en 2016, actuó en tres películas: Barry, de Vikram Gandhi; Morgan, de Luke Scott; y Fragmentado, de M. Night Shyamalan.
Después las ofertas laborales no pararon de llegarle. Así, se la vio en Glass, también de Shyamalan; Los nuevos mutantes, una película de la franquicia X-Men; Emma, de Autumn de Wilde; y la que terminó de instalarla en el panorama mundial, la miniserie Gambito de dama, de Netflix.
A finales de este año, Taylor-Joy comenzará la preproducción de su papel más importante hasta la fecha: será Furiosa en la precuela de Mad Max: Furia en el camino (2015) de George Miller. También se ha reunido con Eggers para The Northman, que se estrenará en abril de 2022, donde volverá a compartir elenco con Kate Dickie, que hacía de su madre en La bruja.
Justamente, tardó en enterarse de la enorme repercusión que estaba teniendo Gambito de dama porque se encontraba en el rodaje de The Northman. “Estaba en Irlanda del Norte, en Belfast, con Robert Eggers, filmando esa película, de la que estoy muy orgullosa. Es loco, porque The Northman y Gambito de dama no pueden ser más diferentes”, empezó a contar.
Y siguió: “Estaba aislada, sola en este departamento sin nada más que mi teléfono. Y me empezó a llegar información que no podía procesar. Y luego, afortunadamente, Kate vino a quedarse conmigo, y todos los días me llegaba más información. La miraba y decía: 'Le está yendo bien. Creo que a la gente le está gustando la serie’”.
WD