Atrás pareciera haber quedado ese rostro tan natural y delicado que Demi Moore mostraba en Ghost: la sombra del amor, película con la que todos quedaron enamorados de su belleza. Hoy, después de 31 años, y con varias supuestas cirugías en el medio, la actriz de 58 años mostró una cara renovada, por decirlo de alguna manera, después de estar alejada un tiempo de las cámaras.
Tez impecable, pómulos acentuados y labios muy finos. Todo esto bastó para que las redes sociales estallaran en comentarios y se armara un debate entre los usuarios: ¿se operó una vez más o fue el maquillaje?
Y es que Demi fue una de las estrellas invitadas al desfile de Fendi en París, dentro de la Semana de la Alta Costura. Pero, cuando irrumpió en la pasarela, la modelo no se llevó las miradas por el traje negro ni los aros que tenía puestos, sino por su transformación facial.
No es la primera vez que se muestra con un cambio físico ante el público. Ya hace 20 años se habló de que había gastado 250 mil dólares en una cirugía plástica tanto de rostro como de cuerpo para estar en el filme Los Ángeles de Charlie, que se estrenó en 2003.
Sin embargo, luego desmintió esas versiones a la prensa y dijo que jamás se había sometido a algo así. “No me gusta la idea de someterme a una operación para retrasar el proceso de envejecimiento, es una forma de combatir la neurosis”, comentó en ese momento e indicó: “El bisturí no te hará feliz”.
Y en 2019 volvió a negar las supuestas intervenciones quirúrgicas, cuando aseguró en una entrevista para el Daily Mirror que se estaba “abrazando” al proceso de envejecimiento natural, aunque a veces frente al espejo le costaba reconocerse. “Puedo mirarme en el espejo de vez en cuando y decir: Estás mintiendo, yo no me veo así”, añadió.
Si de transformaciones se trata, la actriz sabe de eso. Y es que después de varios años turbulentos en su vida, ha decidido hacer una introspección y cambiar varios aspectos de vida.
Primero lo demostró con el acercamiento hacia sus tres hijas -quienes son fruto del matrimonio que tuvo con Bruce Willis-, y a su ex marido. Luego, en 2019 con la publicación de su libro Inside Out, en el que relata su vida privada y sus brutales altibajos.
En su autobiografía, Demi revela abusos, la relación conflictiva con sus hijas y su problema de adicciones que hicieron que perdiera un embarazo de seis meses, hijo que iba a tener con su último marido, el actor Ashton Kutcher.
“No pude ver que siendo alguien sin ningún tipo de anclaje o guía me convertía en una presa fácil para un depredador. Y no tenía a nadie que me protegiera”, escribió en el capítulo dedicado a su adolescencia, antes de contar cómo fue violada a los 15 años.
“Cuando eres agredida sexualmente en una cultura que te victimiza y te hace ser sospechosa, ¿qué haces? Te lo guardas como un secreto”, sentenció.
Moore supo lograr el éxito en medio de la tristeza de haber perdido a su padre a los 18 años. Producciones como O'Neill, Striptease y Una propuesta Indecente fueron algunos de los papeles que la convirtieron en una de las mejores actrices de la industria y a la que todos querían.
Ahora, se muestra una mujer resiliente, junto a sus hijas y mantiene una buena relación con Willis, quien no ha dejado de apoyarla públicamente a pesar del divorcio. Es por esto que decidieron pasar la pandemia todos juntos con la actual familia del actor.