Fue la sirena del aire, una de las primeras actrices de la radiofonía argentina, pero el tiempo fue esfumando el recuerdo de Aurora del Mar. Debutó en la radio cuando el medio que en breve cumplirá 100 años tenía poco más de 20. Trabajó en radioteatros a las órdenes de la autora René Cascallar y fue compañera de galanes como Oscar Casco. Gema escondida, es de las últimas testigos de ese universo sonoro extinguido en el que una lluvia podía reproducirse con una caja de arroz y un beso en la mano desataba una ilusión romántica. Hoy vive en un geriátrico en Bernal.
El 3 de julio Doña Aurora cumplió 86. En la casa de retiro la conocen como Aurora Rosa Borello, su verdadero nombre. El apellido marítimo lo adoptó en los cincuenta, por sugerencia de la periodista María Ofelia. Llegada desde Bahía Blanca, bellísima, con un halo hollywoodense, Aurora del Mar sonaba a dama misteriosa, a nereida, a divinidad de las profundidades. Y se convirtió en hada del éter.