"Por supuesto que hubo ocasiones en que lamenté haber sido el niño de E. T".
Henry Thomas cumplirá 49 años en septiembre, pero el público no puede sacarse de la cabeza la imagen de ese niño adorable que podía vincularse con ternura descomunal con un ser de otro planeta. No es el típico señor destruido por la fama, no atravesó los dolores de tantos colegas refugiados en las drogas y el alcohol para tapar las lastimaduras de Hollywood, pero sufrió la popularidad temprana tuvo sus consecuencias. "Mi mundo se volvió completamente loco después de E. T", dijo al diario Mirror. "Fui ese tipo de famoso que no podía ir a ningún lado".