Fue la primera víctima del carril rápido de Hollywood en los tempranos años '80. El primer aviso que los tiempos de desenfreno en Los Angeles estaban por terminar. La muerte por sobredosis del actor y cantante de los Blues Brothers John Belushi (1949-1982), en marzo de 1982, con 33 años, tomó por sorpresa a casi todos, ya que su fuerte adicción se había mantenido en reserva para el gran público. Eran tiempos donde en el negocio del entretenimiento ese tipo de asuntos se ventilaba poco. Es más, tras su muerte cundió la alarma entre las estrellas de cine y televisión que comenzaron a frecuentar con suerte diversa los centros de rehabilitación, entre ellos, el entrañable Robin Williams (1951-2014), que estuvo con Belushi en aquella trágica noche de su muerte.
Cuatro años de televisión, como uno de los conductores de Saturday Night Live (SNL), siete películas, en especial Colegio de animales (1978), donde hizo del vandálico estudiante John Blutarsky, y su exitoso proyecto musical Blues Brothers, compartido con Dan Aykroyd lo llevaron a un estado de reconocimiento público que se volvió de alguna manera opresivo para este talentoso y sensible artista.