Un sonido totalmente limpio y puro. Roberto Pettinato le dijo que no quería canciones como No voy en tren, voy en avión, y Charly le respondió que a él tampoco le gustaba ese hit. Debían ser temas de duraciones largas que permitieran que Pettinato pudiera meter su saxofón.
Charly y Mecha, su mujer y curadora del proyecto, le entregaron a Pettinato buena parte del material encapsulado en iPad’s de Pandora que Charly iba rompiendo con el uso, y el ex Sumo debía ocuparse de arreglar. Ahí se encontraron las amígdalas harapientas del más melancólico de todos los García que conocemos.