Mike Tyson se ganó la vida peleando. Sin embargo, hubo un rival que lo desconcertó y al que no le pudo tirar ni un puño. El boxeador recordó el día que encontró a Brad Pitt en la cama con su entonces mujer, Robin Givens, en 1988. Y aunque hubo muchos rumores sobre ese día, el deportista confesó que se quedó paralizado.
Tyson y Givens se casaron en 1988, pero tras apenas tres meses la mujer pidió el divorcio alegando abusos de su pareja. Sin embargo, en pleno proceso de separación, Tyson seguía visitando a la actriz. "Tenía que ir a la oficina de mi abogado, pero quise pasar por la casa de Robin por un 'rapidito'. Qué puedo decir. Yo era joven y la extrañaba", comenzó explicando en el programa estadounidense The Real.