Tres décadas antes de Tinder, un Match se decía "Alcoyana-Alcoyana". Y en las casas de electrodomésticos, una aspiradora se vendía como un "marciano chupatierra".
Por entonces, en las peluquerías porteñas se pedía el corte "a lo Berugo" -retoque de mostacho incluido-. Y en el Pasaje Gelly 3378, caminando hacia el final de un arco iris de cartón pintado a mano, se podía creer en la magia. La felicidad era barata, auspiciada por Ultracomb, Capri, Yelmo, Veritas, Covre, La Morenita. ..