De a ratos parecida a Pamela David, de a ratos parecida a Natalia Oreiro, la actriz y cantante Lynda Carter fue, de 1975 a 1979, Wonder Woman. O, directamente, la Mujer Maravilla.
Más allá de que había sido creada en 1941 como un personaje de historietas, su mayor popularidad la consiguió gracias a este programa de televisión. Y sí, era un clásico: a fines de los años ’70 y principios de los ‘80, en los cumpleaños, fiestas de disfraces y carnavales, todas las chicas querían llevar la ropa de esta señorita superpoderosa: la vincha y los brazaletes dorados, el shortcito azul con estrellitas blancas, las botas rojas… La Mujer Maravilla generaba fascinación, definitivamente. De alguna manera, lo que ahora sucede con Frozen.