El rock tiene historias trágicas de todo tipo, una de ellas es la del baterista Jim Gordon (74 años) condenado de por vida en 1984 por haber asesinado a su madre en un brote de violencia producido por un profundo cuadro de esquizofrenia.
Gordon era uno de los músicos más solicitados desde mediados de los años sesenta hasta casi 1980; baterista y compositor de una sensibilidad exquisita, pero también de una contundencia arrolladora. Creativo, con un estilo propio en los tambores también era un excelente pianista y compositor. Por ejemplo, es el autor del arreglo de piano del tema Layla, compuesto por Eric Clapton en sociedad con él y con el que ganaron un Grammy como Mejor Canción en Rock, en 1993, por el disco MTV Unplugged, del guitarrista.