Lo contó Suzanne Finstad en una nueva biografía sobre Natalie Wood. La actriz se despertó a mitad de la noche en la casa que compartía con su marido, el también actor Robert Wagner, en Beverly Hills, y se encontró con la escena menos pensada.
Natalie, que siempre le había tenido miedo a la oscuridad, se había quedado sola en la cama. Por eso se levantó y salió a buscar a Robert. Lo encontró. Pero no estaba solo. Wagner disfrutaba de un "momento íntimo" con su asistente personal, el inglés David Cavendish.