Fue hace unos tres años y medio. Eran las cuatro de la madrugada. Antonio Santa Ana llegó a su casa luego de una cena con editores, se sirvió un vaso de vodka y se sentó frente a la computadora. Hizo memoria ¿Cuál era el tono de Los ojos de perro siberiano? Habían pasado casi dos décadas desde la salida de esa, su primera novela, en 1998. La vara, por las nubes: más de 800 mil ejemplares vendidos en Latinoamérica, lecturas en escuelas, un best seller consagrado. Y ahí estaba él, luego de negarse durante mucho tiempo. Los ojos… era la historia de Ezequiel, un joven de una familia acomodada que contrae SIDA y a partir de ahí sólo recibe de sus padres reproches, vergüenza, silencios, hasta que se aleja y muere acompañado por Sacha, su perro fiel, que lo miraba a los ojos como pocos lo hacían: sin prejuicios.
La novela era contada a través de la mirada del menor de la familia, que habitaba ese nido desamorado pero lograba abrir el vínculo con su hermano ¿Cómo sería la continuación? ¿Por dónde seguir? ¿Qué habría pasado con aquel niño? De un tirón, Santa Ana, escritor, editor, especialista en literatura infantil y juvenil, escribió una, dos, ocho páginas que retomaron aquello con una emoción elegante, que avanza tensando corazones. El resultado es Bajo el cielo del sur.
Fuente: http://www.clarin.com/cultura/antonio-santa-ana-interesa-bajar-linea-emocion-_0_j3E2ZuN7.html