Cualquiera pudo haber pensado que se había equivocado de hotel; o bien que vio luz y pasó para ver de qué se trataba tanto bullicio. Al fin y al cabo, Juanes justo terminaba su set junto a Alessia Cara y Sebastián Yatra, con su stratocaster colgada y un despliegue digno de un rockstar.
Pero fuera lo que fuera que uno quisiera pensar, lo cierto era que ahí, sobre el escenario del MGM Grand Garden Arena, enfundado en un traje bordó, estaba el mismísimo Lars Ulrich, baterista de la banda californiana Metallica.