En agosto pasado, Valentín Oliva, conocido en el mundo de la música urbana como Wos, alter ego que adoptó en su carrera como freestyler, lanzó en las plataformas digitales Canguro, un single adelanto de su primer disco, Caravana. El tema explotó en las redes sociales y rápidamente se viralizó debido a la crítica con contenido político que hace sobre la situación del país.
"Y no hables de meritocracia, me da gracia, no me jodas / Que sin oportunidades esa mierda no funciona / Y no, no hace falta gente que labure más / Hace falta que con menos se pueda vivir en paz", rapea sin filtro el joven de 21 años. Y luego remata, casi como una declaración de principios de su estilo: "Patada de canguro, golpe duro".
Es que Wos llegó a la escena musical para patear el tablero. Y esa actitud lo catapultó a ser uno de los más escuchados en plataformas como Spotify o Youtube, donde el video cuenta con más de 58 millones de vistas. Un mes después, el joven de 21 años nacido en el barrio de Chacarita presentó su segundo corte del disco: Melón Vino, una mezcla de balada con rap clásico y sonidos modernos. Y otra vez volvió a ser viral. .. La caravana ya estaba en marcha. ..
Para entender el fenómeno Wos, hay que hablar un poco de su palmarés como competidor en el freestyle. Es que allí, desde muy temprana edad, a los 13 años, empezó a forjar su dinastía y es el espacio en donde cautivó a miles y miles de fans, que hoy ya son millones en todo América Latina.
La Batalla de los gallos es una competición anual de Freestyle comenzada en 2005 en la cual participan todos los países de habla hispana. Esta competición está basada en la capacidad para improvisar en un combate verbal uno contra uno entre dos raperos cuyo objetivo es, mediante rimas, humillar y quedar por encima del rival. El contacto físico solo está permitido levemente (pequeños toques) y las agresiones se castigan con la descalificación automática.
La batalla está regida por un jurado que decide quién gana cada ronda.
Es que Valentín, entre tantos logros, se consagró, en 2016, campeón de El Quinto Escalón, la mejor competencia de freestyle de plazas; además es el último campeón de la Freestyle Master Series Argentina, la liga más competitiva del ámbito local; y, como si fuera poco, es el defensor del título de la Red Bull Batalla de los Gallos 2018, competencia internacional en la que participan los mejores del mundo en esta disciplina y donde le ganó al mexicano Aczino, en diciembre del año pasado, en el Club Hípico de Palermo.
Wos cuenta con más de 3.3 millones de seguidores en Instagram. Los números no mienten. Pero no sólo en la virtualidad o en plataformas de música vía streaming está ganando popularidad. Lugar donde se presenta Wos, lugar que llena. Lo más impresionante es que el joven recién su primer disco de estudio, que recién presentará este 11 y 12 de octubre en Groove (Palermo).
En apenas 24 horas, Wos agotó las dos funciones en lo que será la presentación oficial de Caravana, su primer trabajo como solista en el que estará acompañado de grandes jóvenes talentos como Guillermo Salort (batería), Fran Azorai (teclados) y Ca7riel (guitarras). En el disco, que contará con siete temas, quedaron canciones afuera que fueron el tentempié para todos sus fanáticos, como Terrazas, Púrpura y Andrómeda. Pero tiene su lógica por su formación como improvisador: Wos siempre da pasos hacia adelante. Y no le gusta repetirse.
En la previa a sus dos presentaciones, Clarín está reunido con Valentín y lo primero que se puede dilucidar de él es que es un chico de barrio, humilde y generoso, que tiene los pies plantados sobre la tierra. A su vez, anda a 220v. dándole patadas metafóricas a diestra y siniestra a todo el mundo a través de sus canciones. Sin protección, ni casco. Con el cinturón de seguridad desabrochado -para no decir que se pasea desnudo por los pasillos de la nueva escena musical-, pero lejos de cualquier peligro, su camino tiene un sólo destino: el éxito.
-Aún no partió y ya tiene miles de fieles seguidores. .. ¿Cómo viene esa "Caravana"?
-Se llenó de cosas, terrible caravanón se armó. Es loco porque arrancó hace poco todo el proceso artístico de encarar la música. Fue a principio de este año que me decidí a lanzar un disco, después de presentar mi single Terraza. A partir de ahí, mi cabeza hizo un click. Digamos que no busqué el disco, sino prioricé hacer canción por canción, y esa acumulación de temas me llevó a grabarlo. .. De pronto, aparecieron Canguro y Melón Vino, que surgieron después en el proceso creativo. Eso me convenció de que tenía un buen material para mostrar. Estoy muy manija de que arranque ya el primer show.
-Podrías haberte ido por el lado del trap, como hicieron Duki o Paulo Londra, pero apostaste a usar otros disfraces musicales. ¿Te encasillás en el género del rap o ni siquiera eso?
-Es muy propio de mí explorar distintas cosas. Me aburre encasillarme en un lugar. Por ejemplo Luz delito tiene una base de rock. Tengo temas con bases más tranquilas (Okupa) y otros más raperos (Nada). Me pasa que escucho cosas en general y si me ceba, juego con eso. Al rato quizás escucho algo distinto y, si me copa también, me pongo a jugar. Mientras que se mantenga cierta identidad en lo que hago, va. Yo me aburro rápido de las cosas, típico de esta época en lo que todo pasa pronto y de maneras ansiosas.
-¿Te sorprendió la repercusión masiva que tuvieron Canguro y Melón Vino?
-Es loco. Me sorprendió y sabía que iba a seguir creciendo, pero no tenía en cuenta que con Canguro iba a ser el tema con el que iba a explotar todo. Generó una especie de quiebre. Es un tema raro que cambia a la mitad de la canción de una base a la otra con mucho rapeo y con bajada de línea. Pensé que ese efecto masivo iba a suceder más con Melón Vino, que es un corte balada y más tranquilo.
-¿Qué tenés con las patadas? La de canguro, samurai y de enchufe se pueden escuchar en tus letras. ¿Es una expresión de patear el tablero?
-Me pasa más que nada que es una sensación que yo tenía y la saqué improvisando. Cuando compongo, ponemos una instrumental y yo empiezo a improvisar arriba de las bases en el estudio. El primer freestyle que me tiré en Canguro fue ese: 'Patada de canguro, golpe duro', y quedó. Son entradas, no sé que tengo con las patadas, pero es eso una sensación interna mía que no analicé tanto, pero tiene sentido con lo que quiero decir. ..
-¿Dónde se generó tu sensibilidad social a la hora de incluir ciertas temáticas políticas en tus canciones?
-Escuchando rap en español. Las escrituras en las canciones que me gustaban. Estudié en el Mariano Acosta, colegio público. Después fui a la EMAD (Escuela metropolitana de arte dramático), que también es pública. Ahí las problemáticas llegan. Te rozan. El barrio me fue formando también. Además, de chico tenía una banda de rock, mis viejos también son músicos (su papá es Alejandro Oliva, integrante de La Bomba de Tiempo). Creo que se fusionó todo eso. Igual, me da un poco de gracia que haya tanta repercusión en mis letras. Mi mensaje, por ejemplo con Canguro, resonó en un montón de países como una situación general de América Latina. Es loco eso. Yo cuando lo compuse estaba hablando de algo muy de acá, con un léxico barrial, bien de Buenos Aires. Y me gratificó que el tema llegue de la misma manera a varios países. Se me va de las manos porque es muy loco que lo escuchen públicos de muy diversas edades. Desde nenes muy chiquitos hasta gente que no conocía el rap y dice 'me enganché con esto'. Y los que se enojan por mis letras me dan mucha gracia. Que hagan la suya o no me escuchen que se yo. ..
-¿Cómo ves la situación del país en un mes de elecciones presidenciales?
-Es muy amplio. Las cosas que pienso están en mis temas. Lo que sí me da gracia es que en las redes me tildan de "comunista, zurdo. .. " Me río, porque tampoco te estoy trayendo el manifiesto comunista. Mínimamente mi queja es lo básico: que no marginen a los pibes, que puedan llegar a fin de mes, que se invierta en políticas públicas, que no se recorten los presupuestos en educación pública ni en salud, que se deje de bastardear a la cultura, que el Estado no está presente y encima después te hacen sentir culpable. Todo lo que está pasando en el país. ..
-¿Qué sentís cuando, al nombrarte, atrás tuyo hay más de 3,3 millones de seguidores en Instagram o tus videos superan los 70 millones de reproducciones en YouTube?
-Cuando veo los números de reproducciones no lo puedo creer. Me cuesta entender. No era algo en lo que me fijaba, porque todas las decisiones que tomé en mi carrera fueron por gustos personales y no por lo que me va a generar viralidad. El secreto está en hacer lo que tengo ganas. Los números aparecen después. Porque la realidad es que eso queda en una nube extraña. Veo las métricas e impacta pero yo necesito que todo eso vibre en la piel. Necesito comprobarlo en el escenario. Sentirlo en la carne. Obvio es tremendo ver esos números. Después de sacar mis últimos dos temas, hice algunos festivales en Paraguay, en Mendoza y fue tremendo el recibimiento. Donde voy siento una linda energía de la gente. Lindas devoluciones y es sorprendente como eso que hiciste vos, encerrado en un lugar, traspasa y transmite de esa manera a tanta gente.
-¿Y que te sucede con el éxito masivo?
-Es muy loco. Pasó con toda la movida del rap. Creció todo el movimiento de manera muy repentina. Cuando empecé a hacer freestyle, en ese momento era algo under. Rapeábamos en el colegio y eramos re poquitos los que lo hacíamos. En ese momento éramos los raritos que decíamos boludeces. Era distinto. Pero ahora con el trap, el freestyle, el rap a full en todos lados, los pibes ya dicen 'Este es un Wos', para referirse a algún pibito que está pisando fuerte en la escena. Es zarpado.
-¿Te llevás bien con la fama?
-Me cambió la vida, obviamente. Pasan muchas cosas todo el tiempo. Un montón de cosas que angustian y me rompen las bolas y otras que están buenísimas y que me abren un montón de puertas, y que se pueden aprovechar para generar situaciones que es lo que de a poco intento hacer. Que mi música y movimiento sirva para algo más que para mi satisfacción personal. Es algo que voy aprendiendo a manejar. Es de a poco y aprender a identificar en qué lugar estás parado.
-¿Hay algo que Wos ya no le permita hacer a Valentin?
-Sí, la fama corta cierta libertades. Hay montón de lugares a los que ya no voy, porque no la paso bien. Es uno de los precios a pagar: por lo demás está buenísimo. Trae esas cositas: por ejemplo, los vínculos con las personas pasan a ser otra cosa. La gente arma esa idealización de Wos, sea buena o mala y no saben como soy en verdad. Yo soy muy tranca y ahora ir al (supermercado) Chino es un montón. Hay que adaptarse nomás. ..
E. S.